¿Qué tienes entre las
manos?
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estos
días estamos preparando muchos colgantes, pulseras o rosarios que hacemos a
mano. Y es que lo bonito del trabajo es dejar que, en lo que tienes entre
manos, te hable el Señor. Así, colgante tras colgante, nudo tras nudo, te da
para darte cuenta de muchas cosas.
Para
hacer los nudos corredizos de los colgantes, primero cruzamos los dos extremos
del cordón. Después cogemos un cabo y le damos tres vueltas sobre el otro;
pasamos la punta del cabo por el centro de esas vueltas, ¡y ya tenemos un nudo
corredizo! Después haces lo mismo con el otro extremo del cabo.
Nosotros
somos como este cabo. Igual que, para que un simple cabo pueda formar un bonito
collar, necesita enlazarse, así también nosotros, para llenar de sentido
nuestra vida, necesitamos enlazarnos, necesitamos el amor, relacionarnos con
los demás.
Pero,
¿qué sucede? Que hay veces en que apretamos demasiado el nudo, y no deja correr
al otro cabo. O, por el contrario, si el nudo está demasiado suelto, no
tardando mucho acaba por deshacerse y soltarse. Así es el amor: cuando asfixia
al otro deja de ser amor y se convierte en una atadura; y, cuando está
demasiado suelto, cuando se pierden los detalles, los pequeños gestos, se
suelta la tensión que mantenía unidos los cabos... y se deshace la relación.
Por
eso Cristo es tan crucial en nuestra vida, porque sólo Él es quien nos puede
enseñar a encontrar esa tensión necesaria para saber acercarnos al otro y
querer su felicidad y su bien, sin que terminemos por apretujarlo y sin darle
su espacio necesario. Cristo está deseando llenarte de su amor, para que desde
Él puedas amar, no ya con amor propio, sino con un amor que es respeto, que
libera y que desea enormemente el bien del otro.
Hoy
el reto del amor es buscar al Señor en lo que tienes entre manos. Él va contigo
durante todo el día, y continuamente se manifiesta, lo que sucede es que muchas
veces son nuestros ojos los que no saben percibirle. Por eso, hoy haz lo que
tienes entre manos, pero deja que Él vaya hablándote al corazón por medio de
eso que estás realizando.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma