Rescatando
sabiduría en la experiencia
Llegó
desde muy temprano. Llevaba entre sus manos un singular bolero. Tocaba limpiar
los zapatos, “deben quedar brillantes”, sonríe Raúl Valladares. “Las hermanitas
me lo han pedido y yo accedí”. ¿Cómo renunciar a brindarles afecto, si son
ellos quienes me alimentan el alma a diario?
Más
de 90 varones y mujeres esperan por una compañía. Raúl es un joven voluntario
que lleva un año y medio compartiendo momentos de oro, en la casa
hogar “Virgen de los Desamparados, ubicada en el Callao, primer puerto del
Perú.
“Hasta
el momento brindamos asistencia a tres mil adultos mayores abandonados a nivel
nacional”, narra para Aleteia, Lucía Camac, madre superiora de la
congregación Hermanitas de los Ancianos Desamparados. “Seguimos los pasos de
nuestra fundadora, Santa Teresa Jornet”, explica.
El
tesoro de una amistad
A
sus 44 años este joven peruano dedica parte del día a los abuelitos. “La
sabiduría de su amistad me permite comprender mejor los momentos difíciles de
la vida”, Raúl anima a todo el que ingresa a la casa hogar a visitarlos,
siempre. Y es que al caer la noche se enfrentan con la soledad.
Desde
1873 la congregación Hermanitas de los Ancianos Desamparados tiene presencia en
el Perú. Ellas trabajan por lo que aman. Su vocación de ponerse al servicio de
los demás las hace felices. “Ayudar al que lo necesita no es sólo parte del
deber, sino más bien de la felicidad”, comenta la madre superiora.
Valladares
siembra cada día con ellos una fuerte amistad. “Mis queridos abuelitos hacen mi
corazón cada día más sensible”. Raúl explica cómo se sintió afectado cuando al
llegar un día uno de ellos ya no estaba más. “Cuidar los cuerpos para salvar
las almas” es el ideal que persiguen las Hermanitas de los Ancianos
Desamparados al cumplir su labor.
Celebración de oro
En
el Perú cada 26 de agosto, se celebra el día del adulto mayor. “Esos santuarios
de humanidad” como nos recuerda el papa Francisco en sus catequesis, “los
abuelitos, son los hermanos mayores de la comunidad”, así lo destaca Francisco
siempre.
Hasta
el momento existen en Perú 12 casas de acogida promovidas por la congregación
de Hermanitas de los Ancianos Desamparados distribuidas al sur, norte y centro
del país. Llegaron a la provincia Constitucional del Callao hace más de 70
años, desde entones no paran de asistir a quienes sufren la indiferencia y el
desamor.
Esther Núñez Balbín
Fuente: Aleteia
