De restauraciones
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
5,
6, 7... ¡Se acerca la fiesta de Santo Domingo!
Y,
durante estos nueve días previos, las sacristanas han colocado una estatua del Santo
en el presbiterio, adornado con flores e iluminado de forma especial.
En
la oración personal, mi sitio está justo delante de esta escultura, y, al
verla, recordé perfectamente que, hace unos años, trajeron aquella pequeña
imagen del taller de restauración.
Junto
con esta escultura trajeron varias más, que sorprendieron mucho a las monjas,
pues en algunas encontraban cambios notables. Comentaban que algunas tenían un
color que nunca le habían visto, e incluso les chocaron algunos mantos que
ahora estaban floridos y los recordaban en una sola tonalidad...
Me
explicaron que lo que tratan de hacer los restauradores es recuperar la imagen
original, la que el autor plasmó. Ellos no pretenden hacer mejoras en la
escultura, ni la pintan a su gusto, sino que buscan sacar la belleza oculta
bajo las capas de los años. Y parece ser que estas imágenes habían sufrido
muchos cambios.
Nosotros
hemos sido soñados, pensados y creados por un mismo Dios. Él es el verdadero
artífice de nuestra persona, y así nos dio la vida: haciéndonos entre sus
manos, y deseando que llegáramos a la plenitud de la felicidad.
Sin
embargo, al igual que las esculturas, el paso de los años, las circunstancias
que hemos vivido... han ido poniendo capas y capas encima de aquella forma que
nos había dado Dios.
Sin
embargo, el Señor se encarga de ponernos nuevas personas y nuevas
circunstancias para realizar la "restauración" de nuestra vida. Y,
para todas estas personas que desean ser "restauradores", Él les
otorga la única herramienta necesaria: el Amor. El Amor es el único capaz de
sanar heridas, de renovar vidas, de llenar de luz y alegría, de devolver la
belleza... porque el que ama, libera, sana, repara, consuela, ensancha...
El
Amor fuel el motor que condujo a Cristo a morir por ti en una cruz, y por amor
resucitó y ahora está vivo y vive junto a ti para que tú también puedas vivir
de este Amor.
Hoy
el reto del amor es ser "restaurador" de personas. Hoy Cristo te
vuelve a entregar esta herramienta para que tú puedas salir al encuentro de esa
persona que necesita una "restauración". Sabrá que le amas si
consigues que sienta que no le juzgas y que no pretendes cambiarle, qué tan
sólo quieres mostrarle que estarás ahí siempre, amándole.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma