EL PAPA EXPRESA SU CERCANÍA CON SIERRA LEONA, DEVASTADA POR LAS INUNDACIONES

El misionero javeriano Luis Pérez lo achaca a la deforestación y a la falta de infraestructuras en el país africano

Que llueva –mucho- en época de lluvias no debería ser catastrófico en Sierra Leona (pues sucede todos los años), pero estos días son ya 400 las víctimas mortales por las lluvias e inundaciones, y más de 600 los desaparecidos. 

Pero si no hay maneras de canalizar el agua en zonas precarias repobladas de casas humildes, el pronóstico no es alentador. Sin recursos, llueve sobre mojado una y otra vez.

En una conversación telefónica con Aleteia, el misionero Luis Pérez, S.X,  ha explicado que este pequeño país tropical, de casi 7 millones de habitantes, se ha visto azotado por este desastre “mientras dormía”. 

De hecho, el desastre natural ha tenido lugar de noche a las afueras de la capital, en Freetown, “precisamente en una zona de la península, a la izquierda de las colinas, que ha sido ocupada por casas precarias con tejado de cinc”, relata.

“La ciudad ha crecido, se han ido talando árboles y no se han creado infraestructuras para cuando llueve copiosamente”, lamenta el religioso español.

“Avalanchas de barro, corrimiento de tierra y falta de maquinaria” se han unido en uno de los mayores desastres que se recuerdan en esta tierra africana, ya golpeado duramente por el ébola junto a Guinea y Liberia. Sólo en estos tres países, más de 11.000 personas han muerto por ébola.

Los pozos de agua infectados son ahora un problema. El  gobierno ya ha hecho un llamado internacional y urgente porque no hay manera de poder evitar nuevas avalanchas y para sacar a los cadáveres del lodo rápidamente.

Los misioneros javerianos de Freetown tienen la comunidad en otra zona que no colinda con la del desastre.  Ya se han puesto a disposición desde sus parroquias y ayudas en hospitales y escuelas para favorecer la solidaridad, también a través de los estudiantes, asegurando ayuda y presencia, cuenta este misionero español que reside ahora en Makeni, otra ciudad del segundo país más pobre del mundo. La Iglesia católica está presente en este país, antiguo puerto de esclavos, desde 1864.

Recientemente, el papa Francisco expresó -a través de un telegrama firmado por el secretario de Estado, Pietro Parolin-  su preocupación a raíz del sufrimiento generado por las inundaciones y desplazamientos de tierra en ese país.

En su mensaje, Francisco manifiesta su profundo pesar por las“consecuencias devastadoras” de las inundaciones y “asegura su cercanía en estos momentos difíciles a cuantos han perdido a sus seres queridos”, reproduce Radio Vaticano.

Miriam Díez Bosch

Fuente: Aleteia