¿CUÁL ES TU IDEAL DE MADRE?

La fuerza del amor materno te impulsará a ser un modelo de paciencia, serenidad y alegría perdurables
Es innegable que la influencia paterno-materna deja la huella más significativa y permanente en la formación humana, por ser la primera que recibe el hijo, por la extensión e intensidad de su acción, y por el hondo matiz afectivo con que se imprime en la vida de los hijos.

La época de luces, tecnología y comunicación en la que vivimos, así como la rapidez con la que se vive, muchas veces nos adormece la conciencia e impide detenernos a pensar con más rigor en las actitudes que los padres y madres de hoy necesitamos asumir para educar un ser humano. 

Reflexionar sobre nuestro propio ideal

¿Cuál es el ideal de los adultos de hoy? Es triste decirlo, pero el ideal de muchas mujeres, como tú y como yo, es bastante frívolo. Queremos varios títulos universitarios, una casa más grande y otra de campo, un nombre que suene en la sociedad y retirarnos a edad joven para disfrutar de la vida.

Hay muchas que vivimos comprando todo lo que el consumismo nos ofrece, pasando horas enteras frente al televisor viendo programas que no son lo mejor para el alma y la salud mental. Además de esto, a veces te sientes como deprimida y hueca por dentro.

Todo esto indica una pérdida del verdadero ideal, ese que constituye el impulso y sentido de tu existencia. El que te mueve a fomentar el amor hacia el ser humano y su formación para la vida. Amiga, ¿cuál es tu ideal en este tiempo que debes dedicarte a la educación de tus hijos? ¿Está tu ideal orientado hacia la generosidad o el egoísmo?

Abrir y cerrar puertas

Cuando te conviertes en madre es preciso cerrar algunas puertas y abrir otras, todo con el objeto de hacer un trabajo magnífico en esas almas y mentes que se nos da el privilegio de educar.

Ahora que eres madre te has convertido en el modelo y espejo en el que tus hijos empezarán a proyectarse, por lo tanto, cierra la puerta del desgano, de la pereza, del mal humor, de la impaciencia, de la queja, de la mediocridad y sobre todo la de las peleas con tu pareja.

Debes abrir todas aquellas puertas que te lleven y hagan conocer a tus hijos lo que es la felicidad: la paciencia, la bondad, el sentido del humor, la armonía, la unidad, el ahorro, la virtud, la excelencia y unidad entre la pareja.

El consumismo en tu vida

Cada vez que salgas de compras deberás hacer una lista de aquello que vas a comprar y limitarte a comprar únicamente eso. El ejemplo para tus hijos: “Mamá es una mujer que no despilfarra el dinero, tiene un dominio interno muy grande ya que cada vez que sale de compras adquiere solo aquello que lleva escrito en su lista”. Actitud que tendrá el niño: -cuando sea grande- haré la lista como mamá.

La queja constante

Cuando quieras quejarte porque tu esposo no te presta la atención debida y estás a punto de estallar al verlo llegar, ¡lánzate encima y dile cuánto lo quieres! El ejemplo para tus hijos: “Mamá es una mujer que ama de una forma volcada hacia el otro. Cada vez que viene papá se lo come a besos”. Actitud que tendrá el niño: -cuando crezca-, quiero amar así al hombre o la mujer de mi vida. Mi mamá me lo enseñó.

Enojarse por todo

Cada vez que este vicio aparezca, respira – reza si eres creyente -, luego sonríe y entonces decide si quieres seguir enojada o manifestar ese enojo. El ejemplo para tus hijos: “Raramente vemos enojada a nuestra mamá, la casa siempre está llena de alegría. Es una suerte tenerla en nuestra vida”. Actitud que tendrá el niño: “Hay que tener dominio de las emociones, como lo tiene mi mamá. No ha sido fácil para mí dominar este temperamento, pero observando a mi mamá día tras día, ahora soy un experto.”

La paciencia

Te tomarás el tiempo necesario para alimentar a tu hijo, mirando directamente a sus ojos, sin distraerte con la televisión o haciendo cualquier otra cosa. Ese contacto le dice al niño que toda tu persona y atención le pertenecen, que tu tiempo es su tiempo… El ejemplo para tus hijos: Desde muy pequeño recuerdo cómo era de paciente mi mamá conmigo, al alimentarme, al enseñarme, al corregirme. Nunca la vi desencajarse. La actitud del niño: “En la vida mi mamá me enseño a tener paciencia”.

La unión con tu pareja

Cada vez que tu esposo llegue del trabajo abrirás los brazos al recibirlo, tendrás la más grande de las sonrisas y saldrás a su encuentro como si fuera tu primer día de casada. El ejemplo para tus hijos: “Es bonito como ama mamá a papá, aunque él llegue de mal humor, con su alegría le hace olvidar el mal día que ha tenido. Actitud que tendrá el niño: “Cuando sea grande yo también quiero amar así”.

Querida amiga, la auténtica vocación del ser humano es la de crear modelos valiosos de vida y unidad. Es la de vivir y enseñar a vivir a los otros de forma creativa y responsable. Un nuevo tipo de hombres y mujeres deben surgir con tu ejemplo. Hombres y mujeres de profunda espiritualidad, con un nuevo sentido de libertad y con ideales que vibren ante su imponente fuerza, la fuerza que sólo puede dar el amor cuando es auténtico. Que eduques así a tus hijos.

Fuente: Artículo originalmente publicado por encuentra.com