¿Existe una especie de
envidia que no sea pecado?
La
envidia es uno de los así llamados “pecados capitales”, sin embargo
muchos se preguntan si existe la “envidia de la buena”, es decir, si existe una
especie de envidia que no sea pecado. Para responder esto debemos hacer ciertas
aclaraciones.
¿Qué
es la envidia? Una de mis definiciones preferidas para la envidia es “tristeza
por el bien ajeno”, es decir, descubro un bien en otra persona y no lo tolero y
deseo arrebatárselo, o al menos deseo que él no lo tenga. Ahora bien, esta
actitud como tal sí es pecado.
Dicho
esto, podemos afirmar que la envidia consta de dos partes: 1) descubrir un
bien en otra persona, 2) querer arrebatarle ese bien. La envidia entonces
funciona así: descubro un bien en otra persona, acto seguido, deseo
arrebatárselo.
A
partir de esto podemos concluir que si yo descubro un bien en una persona (una
cualidad, un puesto, un mérito), pero no le deseo el mal, no deseo
arrebatárselo, eso sería en otros términos admiración. Mientras que
si al descubrirlo me entristece o no deseo que lo tenga, eso sería envidia.
Por
lo tanto, lo malo entonces está en descubrir ese bien y no soportar que el otro
lo tenga y yo no. Es decir que sí podemos sentir “envidia de la buena”, aunque
lo mejor sería no llamarle así (por su connotación negativa, por ser uno de los
pecados capitales), sino más bien llamarle admiración.
Por:
P. Samuel Bonilla