Se va a estrenar este I Domingo de Cuaresma
Una presentación sintética puede servirnos de ayuda para captar qué es el
Misal romano, qué significa una nueva edición y cuál son sus principales
cambios.
Conocerlo
será mejor nuestra vivencia y participación en la santa Eucaristía… porque lo
vamos a estrenar este I Domingo de Cuaresma y es obligatorio para
todas las iglesias, parroquias, monasterios, conventos…
¿Qué es el Misal?
* El Misal
es el libro que contiene los textos y oraciones para celebrar la Santa Misa, el
libro del altar. En sus primeras páginas ofrece toda la normativa y
explicaciones de cómo se ha de celebrar paso a paso (se llama “Ordenación
General del Misal Romano”).
* Aunque
sea el libro del altar, no es el libro del sacerdote y para el sacerdote;
porque la Eucaristía es sacramento de la Iglesia a todos nos incumbe.
* El Misal busca la participación plena, consciente, interior, fructuosa de
todos: que vivamos más y mejor la Santa Misa tomando parte de ella y
ofreciéndonos con Cristo al Padre.
* El Misal es de toda la Iglesia y para todos los fieles también; el mejor
libro para orar. El Misal nos enseña a orar y cómo ora y celebra la Iglesia.
Sirve por tanto para la oración personal y para prepararnos a la Misa.
¿Por qué una nueva edición?
-La 3ª edición
del Misal Romano en latín es de 18 de marzo de 2002, con algunas correcciones
en 2008. Una vez publicado el Misal en latín, hay que traducirlo a todas las
lenguas y que la Santa Sede apruebe esta traducción.
-En la edición castellana destaca sobre todo la traducción que es muy fiel
al latín, sin reinterpretar nada, como ya se hizo con los nuevos Leccionarios.
Y es que una Instrucción de 2001, “Liturgiam authenticam”, de la Cong. para el
Culto divino, pedía que se revisaran todos los Misales y leccionarios en todas
las lenguas y se buscase una traducción que no interpretase, sino que fuese lo
más literal posible al original en latín.
“Algunas novedades” del nuevo Misal
§
Santos que han subido de categoría
litúrgica (de memoria libre a obligatoria, de memoria obligatoria a fiesta,
etc.)
§
Se han añadido nuevas Misas: (por
ejemplo, vigilia de Epifanía y Ascensión)
§
Se ha enriquecido el Misal con nuevos
elementos:
§
Nuevos textos de la “Oración sobre el
pueblo” en Cuaresma, asignándolos para cada día
§
Un prefacio nuevo de Mártires
§
Nuevas oraciones colectas alternativas
§
Posibilidad de utilizar en la profesión
de fe el Símbolo Apostólico en lugar del Credo “largo”
(niceno-constantinopolitano), que ya se hacía en la anterior edición española
del Misal (pero no en forma de preguntas y respuestas, reservado a la Vigilia
pascual y a las Misas en que se celebre el Bautismo)
§
Enriquecimiento de los formularios de
las misas de la Virgen María.
§
Añadido de las melodías de las plegarias
eucarísticas y de los prefacios para fomentar su uso y cuidar el canto
litúrgico: así se pueden cantar los saludos, las respuestas y aclamaciones, las
oraciones y prefacios, etc.
Consagración del cáliz: “será derramada por vosotros y por muchos”
* La
fórmula de la consagración del cáliz varía buscando, precisamente, la mayor
fidelidad al texto original. En lugar de “que será derramada por vosotros y por
todos los hombres”, se dirá obligatoriamente: “por vosotros y por muchos”.
* “Pro
multis”, “por muchos”: ¿Qué entraña, qué significa? “Por muchos” fueron las
palabras mismas del Señor al instituir la Eucaristía (Mt 26,28; Mc 14,24); “por
muchos” es una traducción más fiel que “por todos”; ésta es una traducción
menos exacta porque interpreta el contenido al traducirlo, es una explicación
que más bien “pertenece propiamente a la catequesis” (Carta Cong. Culto
divino).
*
También la Carta de la Congregación da una explicación del sentido teológico:
“La expresión “por muchos”, mientras que
se mantiene abierta a la inclusión de cada persona humana, refleja el hecho de
que esta salvación no ocurre en una forma mecánica sin la participación o
voluntad propia de cada persona; más bien, se invita al creyente a aceptar en
la fe el don que se ofrece y a recibir la vida sobrenatural que se da a
aquellos que participan en este misterio y a vivir así su vida para que sean
contados entre los “por muchos”, a quienes se refiere el texto”.
* La
voluntad de Dios en Cristo es la redención de todos los hombres, pero no todos
la aceptarán ni la querrán, sino “muchos”. No todos quieren beneficiarse de la
redención, sino “muchos”. La salvación no es automática: “¡esforzaos en entrar
por la puerta estrecha…!”
* Para
ampliar, ver este artículo del P. Iraburu sobre el pro multis.
Retoques y precisiones en la Ordenación General del Misal Romano
Algunas
rúbricas son nuevas, en otros casos se precisa mejor cómo realizar tal rito…
Son normas de obligado cumplimiento para todos. Destaquemos algunas solamente:
-En la procesión de entrada, si no hay diácono, el lector puede llevar el
Evangeliario, pero no se lleva el Leccionario en procesión (OGMR 120).
-La absolución del acto penitencial (“Dios todopoderoso tenga misericordia de
nosotros…”) no tiene eficacia sacramental (OGMR 51). Los domingos, sobre todo
los de Pascua, puede hacerse la aspersión con agua (Ibíd.).
-El texto del Gloria no puede cambiarse (OGMR 53).
-Insiste en una pausa de silencio tras el “Oremos” (OGMR 54) para que todos
eleven sus súplicas en el corazón, y tras esa pausa de silencio el sacerdote
“recolecta” esas oraciones recitando la oración colecta (de ahí su nombre).
-La advertencia de que no es lícito sustituir las lecturas bíblicas y el salmo
responsorial por otros textos no bíblicos (OGMR 57).
-Para el Evangelio, destacando su importancia, “los presentes se vuelven hacia
el ambón” (OGMR 133), ¡todos mirando al ambón!
-Las preces: un solo lector las lee (OGMR 71), no un lector para cada
petición. Las intenciones “sean sobrias, formuladas con sabia libertad, en
pocas palabras” (Ibíd.). La oración con que concluyen las preces, el sacerdote
la recita “con las manos extendidas” (OGMR 138).
-Todos se pondrán en pie al decir el sacerdote: “Orad, hermanos, para que este
sacrificio…” (OGMR 43) y no después.
-Como propio del rito romano, todos los fieles, diáconos y acólitos estarán
de rodillas en la consagración, desde el momento en que se destapa el cáliz
y el sacerdote impone las manos sobre el pan y el vino. ¿Excepciones? Estrechez
del lugar, aglomeración o cuestión de salud; pero incluso los que por estas
razones se queden de pie, harán inclinación profunda cuando el sacerdote
después de mostrar el Cuerpo y la Sangre del Señor hace la respectiva
genuflexión.
-El rito de la paz ha recibido una nueva clarificación y límites, recuperando
la sobriedad y brevedad que siempre ha tenido: “Conviene que cada uno
exprese sobriamente la paz sólo a quienes tiene más cerca” (OGMR 82). El
sacerdote no abandona el presbiterio durante el rito de paz. Tampoco hay nunca
ningún “canto de paz”.
-Es importante, al comulgar, el diálogo de fe entre el ministro y el fiel: “El
Cuerpo de Cristo – Amén” (OGMR 161) comulgando inmediatamente, con respeto,
delante del ministro. Además, antes de comulgar, hay que hacer “la debida
reverencia” (OGMR 160), es decir, inclinación profunda ante el Santísimo (o
genuflexión) antes de comulgar.
Sin
olvidar que, a la vez que saber las “novedades” del Misal, todos deberíamos
repasar la “Ordenación General del Misal romano” y
ajustarnos escrupulosamente a ella para celebrar y vivir la Santa Misa. ¡Eso sí
es “pastoral” de la buena!
Javier Sánchez Martínez,
Fuente: InfoCatólica