CONCLUYE LA FASE DIOCESANA PARA EL PROCESO DE CANONIZACIÓN DEL BEATO ÓSCAR ARNULFO ROMERO

Romero fue beatificado en San Salvador el 23 de mayo de 2015 y su fiesta litúrgica se celebra el 24 de marzo, día de su asesinato

Concluyó la fase diocesana del proceso sobre el presunto milagro que podría llevar a la canonización del beato Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba misa. La noticia la dio el blog Super Martyrio, que a pesar de no contar con documentación oficial citó los «tuits» de los vicepostuladores de la causa. 

Los documentos del tribunal eclesiástico fueron firmados en San Salvador el martes 28 de febrero de 2017 y fueron entregados a la nunciatura apostólica de la capital salvadoreña para ser enviadas a Roma, a la Congregación para las Causas de los Santos. 

La documentación será analizada durante los próximos meses por el dicasterio. En el caso de que se reconozca el carácter inexplicable científicamente de la curación atribuida al beato Romero, la vía para la canonización del primer santo original de El Salvador comenzará. 

La conclusión de la causa diocesana sobre el milagro fue confirmada por una serie de «tuits» de monseñor Rafael Urrutia, el vicepostulador, y el padre Edwin Henríquez, el segundo vicepostulador. Urrutia escribió en las redes sociales: «Hoy por la mañana hemos cerrado el proceso diocesano para un milagro atribuido al beato Óscar Romero y será enviado a Roma». Algunas fotos también publicadas en las redes sociales muestran al padre Henríquez entregando las diferentes cajas de documentos en la nunciatura. 

Como se sabe, la Congregación de los Santos debe verificar un milagro atribuido a la intercesión de un beato para su canonización. El milagro debe haberse llevado a cabo después de la beatificación. La documentación enviada al Vaticano será analizada en primer lugar por la Consulta médica, que estudiará la presunta curación a partir de los documentos clínicos y los testimonios anexos, y puede disponer de los pareceres de otros especialistas sobre la patología en cuestión. Después todo será analizado por los teólogos y al final el caso será presentado a los cardenales y obispos que forman parte de la Congregación. Después de estos tres grados, la última palabra será, como siempre, la del Papa. 

El próximo 24 de marzo, los obispos de El Salvador serán recibidos por Francisco en su visita «ad limina». Ese día es precisamente el aniversario del asesinato de Romero. Pero es imposible, evidentemente, que para entonces ya estén listas las respuestas sobre la documentación analizada. Este año se cumplen los 100 años del nacimiento de Romero.  

Un día antes de morir, el arzobispo Óscar Arnulfo Romero invitó abiertamente a todos los oficiales y a todas las fuerzas armadas a no ejecutar las órdenes recibidas, si iban en contra de la moral humana: « Yo quisiera hacer un llamamiento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles… Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: “No matar”. Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. En nombre de Dios, pues, y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión».

 El 24 de marzo de 1980, mientras estaba celebrando la misa en la capilla del hospital de la Divina Providencia, Romero fue asesinado por un sicario que ejecutó una orden de Roberto D’Aubisson, líder del partido conservador Alianza Republicana Nacionalista. 

Papa Francisco, a principios de 2015, reconoció el martirio del arzobispo «in odium fidei». Romero fue beatificado en San Salvador el 23 de mayo de 2015 y su fiesta litúrgica se celebra el 24 de marzo, día de su asesinato. 

Fuente: Vatican Insider/Aleteia