Salida de humos
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días un amigo nos ha regalado una estufa de Pellets: no quiere que pasemos
frío, y es cierto que hay muchos sitios del monasterio en los que no hay calor.
Uno
de esos lugares es el refectorio (donde comemos). Allí lo que tenemos son
cuatro estufas pequeñas de butano. La verdad es que templan un poco el
ambiente, pero el butano tiene un inconveniente: lo tóxico que es.
Total,
que llegó el instalador, amigo de la comunidad, y le pareció genial. Pero nos
avisó que esta estufa, para que funcione, necesita una salida de humos y, por
lo tanto, hay que taladrar el muro para que salga a la huerta.
Pues
manos a la obra... La mayor sorpresa que me llevé fue lo que constó hacer un
agujero por donde colocar el tubo, pero, una vez hecho, ya todo fue sobre
ruedas: coloqué los tubos y ya teníamos nuestra salida de humos. Sólo faltaba
arrancarla y que diera calor.
Este
hecho me impresionó y me hizo orar mucho. Cuando estábamos haciendo el agujero
para la salida de humos, me daba cuenta de cómo muchas veces somos herméticos
no dejamos que nada ni nadie nos taladre, no confiamos en que necesitamos esa
salida de humos.
Tenemos
miedo a dejar que las personas entren en nuestro interior, tenemos miedo a que
nos hagan daño, a que hagan el agujero más grande de lo normal. Pero me daba
cuenta de que lo verdaderamente importante es ver quién maneja el taladro,
quién es el que lleva el control del agujero.
Nuestra
vida tenemos que confiarla a Cristo, Él es el que te ama, el que da toda su
vida por ti para que tú tengas vida, Él es una persona adorable, santa, que te
quiere hacer feliz. Y, dejando a Cristo el control de tu vida, te darás cuenta
de que tu ser descansa, porque Él poco a poco irá regalándote sus sentimientos.
Lo primero que te dará será la certeza de que ya estás salvado, que tú lo que
tienes que hacer es acoger su salvación. Y desde ahí harás obras de salvación,
no obras para salvarte. Tu amor será cada día más profundo, le alabarás por ser
Dios, y las personas serán una bendición en tu vida. Ya no tendrás miedo a dar
testimonio de su amor por ti, porque Cristo ha pasado de ser una teoría en tu
vida a ser una vivencia: alguien real y vivo que está contigo. "Yo estaré
con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".
Y
en este momento en que ya no quieres vivir mas de ti sino de Cristo, entonces,
empezaras a dar calor y todos querrán acercarse a la estufa de Cristo.
Hoy
el reto del amor es mandar tres mensajes con calor a tres personas que de
alguna manera han sentido el frío de tu corazón. Esas personas a las que has
contestado mal, o has dejado con la palabra en la boca... que han sentido tu
frío. Hoy deja que de tu corazón salga el calor de Cristo, y acércate a ellas
desde el amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma