«El que está enviado a
proclamar la Palabra debe hacerlo con franqueza y coraje, con la fuerza de la
oración y con humildad»
«El
verdadero predicador es el que sabe que es débil. Como cordero en medio de
lobos: el Señor lo protegerá», señaló el Papa Francisco, en su homilía en la
Misa matutina, en la capilla de la Casa de Santa Marta. En la fiesta de los
Santos Cirilo y Metodio, Patronos de Europa, y con la Palabra de Dios del
martes de la VI semana del Tiempo Ordinario, el Obispo de Roma hizo hincapié en
que «el que está enviado a proclamar la Palabra debe hacerlo con franqueza y
coraje, con la fuerza de la oración y con humildad».
Se
necesitan «sembradores de la Palabra», «misioneros, verdaderos heraldos» para
formar al pueblo de Dios, como fueron Cirilo y Metodio, hermanos
intrépidos y testimonios de Dios, que hicieron «más fuerte a Europa», de la que
son Patronos. El Santo Padre, reflexionó sobre la primera lectura, evocando las
figuras de Pablo y Bernabé, y sobre Evangelio de Lucas, evocando a los ‘setenta
y dos discípulos enviados por el Señor, de dos en dos’
La Palabra de Dios no es
una propuesta, se necesita coraje para hacer que penetre
El
Papa Francisco subrayó la importancia de la franqueza, que incluye fuerza y
coraje:
«La
Palabra de Dios no se puede presentar como una propuesta –‘…, si te gusta… - o
como una idea filosófica o moral, buena - … puedes vivir así…’. No. Es otra
cosa. Se debe proponer con franqueza, con esa fuerza que la haga penetrar, como
dice el mismo Pablo, hasta los huesos. La Palabra de Dios se debe anunciar con
franqueza, con esta fuerza… con coraje. La persona que tiene coraje – coraje
espiritual, coraje en el corazón, que no está enamorada de Jesús, ¡de
allí viene el coraje! - ¿no?, dirá sí, algo interesante, algo moral, algo que
hará bien, un bien filantrópico, pero allí no está la Palabra de Dios. Y esa
palabra es incapaz de formar al pueblo de Dios. Sólo la Palabra de Dios
proclamada con esta franqueza, con este coraje, es capaz de formar al pueblo de
Dios».
Sin oración la Palabra de
Dios se vuelve una conferencia
Con
el capítulo 10 del Evangelio de Lucas, el Santo Padre señaló dos rasgos importantes
en un ‘heraldo’ de la Palabra de Dios. Un Evangelio «un poco raro», dijo el
Papa, citando la riqueza de elementos relacionados con el anuncio. «La mies es
abundante y los obreros son pocos. Rueguen para que el Señor de la mies envíe
obreros a su mies»… así, además del coraje, los misioneros necesitan «oración»:
«La
Palabra de Dios se debe proclamar también con la oración. Siempre. Sin oración,
podrá dar una linda conferencia, una linda instrucción: buena, buena.. Pero no
es la Palabra de Dios. Sólo de un corazón en oración puede salir la Palabra de
Dios. La oración, para que el Señor acompañe este sembrar la Palabra, para que
el señor riegue la semilla para que germine la Palabra. La Palabra de Dios hay
que proclamarla con la oración: la oración del que anuncia la Palabra de Dios».
El verdadero predicador
tiene que ser humilde, de otro modo acaba mal
El
Papa recordó la importancia de la humildad:
«El
verdadero predicador es el que sabe que es débil, que sabe que no se puede
defender solo. ‘Tú anda como un cordero en medio de lobos’… ‘Pero, Señor,
¿para que me coman?... ‘¡Tú anda! ¡Éste es el camino!’. Y creo que es
Crisóstomo el que hace una reflexión muy profunda, cuando die: ‘Pero si tú no
vas como cordero, y vas como lobo en medio de lobos, el Señor no te protege:
defiéndete solo’. Cuando el predicador se cree demasiado inteligente o cuando
el que tiene la responsabilidad de llevar adelante la Palabra de Dios quiere
hacerse el vivo: ‘¡Ah, yo me las arreglo con esa gente!’, entonces acabará mal.
O negociará la Palabra de Dios con los potentes, los soberbios…»
Por
lo tanto, «ésta es la misionariedad de la Iglesia y los grandes heraldos que
han sembrado y han ayudado a crecer a las Iglesias en el mundo, han sido
hombres con coraje, oración y humildad», concluyó Papa invocando la ayuda de
los «Santos Cirilo y Metodio para proclamar la Palabra de Dios según estos
criterios, como hicieron ellos»
(CdM
– RV)
(from
Vatican Radio)