En la mayoría de las
comunidades autónomas se ha reducido la carga lectiva y en muchos centros no se
da la opción de elegir la asignatura
La
presidenta del Observatorio para la
Libertad Religiosa y de Conciencia (OLRC), María García, se reunió
este jueves pasado con Teófila Martínez, presidenta de la Comisión de Educación
del Congreso de los Diputados para trasladarle la situación de la asignatura de
Religión y de sus profesores. García ha denunciado el acoso a esta materia
escolar que se produce en muchas comunidades autónomas y centros escolares.
Según la presidenta del OLRC, Martínez ha estado muy receptiva a todos los
problemas que García le ha explicado.
Desde hace dos años, varios profesores de Religión se han dirigido al OLRC para
quejarse ante la situación que viven en sus centros, desde carteles en
contra de la asignatura hasta acoso laboral. Además, en la mayoría de las
comunidades autónomas se ha reducido la carga lectiva y en muchos centros no se
da la opción de elegir la asignatura.
Diez motivos que explican esta discriminación
María García ya se reunió en enero con José Luis Blanco, director general de Cooperación Territorial del Ministerio de Educación, para tratar este mismo tema. En sus entrevistas, María García ha expuesto las 10 razones por las que, a juicio del Observatorio para la Libertad Religiosa, se discrimina la asignatura:
1. La ofensiva contra la asignatura de Religión vulnera los derechos fundamentales de libertad religiosa y libertad de educación, recogidos en los artículos 16 y 27.3 de la Constitución Española. Todos los ciudadanos tienen derecho a la libertad religiosa. Además, los padres tienen derecho a educar a sus hijos según sus convicciones morales.
2. Se incumplen los acuerdos con las confesiones religiosas. Por ejemplo, en los centros en los que se esconde a los alumnos la posibilidad de poder cursar la asignatura se están incumpliendo los Acuerdos.
3.
Durante casi 40 años esta materia ha sido escogida por la mayor parte de
los padres y los estudiantes. La sociedad demanda esta asignatura y reducirla a
su mínima expresión implica gobernar en contra de sus prioridades y sus
derechos.
4. La asignatura de Religión no es catequesis, como se afirma en numerosas ocasiones. En catequesis se enseña la “experiencia religiosa”. En Religión se enseña “el conocimiento religioso”.
5. Se trata a la asignatura de Religión como si fuera menos importante que el resto; en la ley reduciendo su carga lectiva, y en la práctica utilizándola como “comodín” para actividades del centro.
6. Adjudicar, como ocurre en algunas Comunidades Autónomas, tan solo 45 minutos semanales a la asignatura implica despreciar la asignatura y tratarla de forma diferenciada con respecto al resto de asignaturas.
7. Con esta reducción, la asignatura pierde calidad y los profesores de la materia pueden quedarse sin sus puestos de trabajo o ver reducidas sus horas, perdiendo también calidad de empleo.
8. Mientras que del resto de profesionales de la enseñanza se da por hecho que enseñan sin estar “contaminados” por sus creencias personales, en los profesores de Religión se presupone que “adoctrinan”, minusvalorándoles en su labor profesional y a pesar de ser profesionales con dos títulos (universitario y teológico).
9. Esta discriminación también es palpable en otros ámbitos de su labor profesional. Por ejemplo, prohibiéndoles ejercer tutoría con alumnos, como si por el simple hecho de enseñar Religión les invalidara para cualquier otra tarea.
10. España es un país de raíces cristianas. Negar el derecho de una o varias generaciones de alumnos al conocimiento del cristianismo sería negarles el conocimiento en otros ámbitos de la vida relacionados, por cultura, con la Religión, como es el arte, la literatura o la filosofía.
“Los políticos no pueden utilizar la asignatura de Religión como moneda de cambio en ninguna negociación. Está en juego la libertad fundamental de los padres para elegir la educación moral y religiosa que quieren para sus hijos”, afirma García.
4. La asignatura de Religión no es catequesis, como se afirma en numerosas ocasiones. En catequesis se enseña la “experiencia religiosa”. En Religión se enseña “el conocimiento religioso”.
5. Se trata a la asignatura de Religión como si fuera menos importante que el resto; en la ley reduciendo su carga lectiva, y en la práctica utilizándola como “comodín” para actividades del centro.
6. Adjudicar, como ocurre en algunas Comunidades Autónomas, tan solo 45 minutos semanales a la asignatura implica despreciar la asignatura y tratarla de forma diferenciada con respecto al resto de asignaturas.
7. Con esta reducción, la asignatura pierde calidad y los profesores de la materia pueden quedarse sin sus puestos de trabajo o ver reducidas sus horas, perdiendo también calidad de empleo.
8. Mientras que del resto de profesionales de la enseñanza se da por hecho que enseñan sin estar “contaminados” por sus creencias personales, en los profesores de Religión se presupone que “adoctrinan”, minusvalorándoles en su labor profesional y a pesar de ser profesionales con dos títulos (universitario y teológico).
9. Esta discriminación también es palpable en otros ámbitos de su labor profesional. Por ejemplo, prohibiéndoles ejercer tutoría con alumnos, como si por el simple hecho de enseñar Religión les invalidara para cualquier otra tarea.
10. España es un país de raíces cristianas. Negar el derecho de una o varias generaciones de alumnos al conocimiento del cristianismo sería negarles el conocimiento en otros ámbitos de la vida relacionados, por cultura, con la Religión, como es el arte, la literatura o la filosofía.
“Los políticos no pueden utilizar la asignatura de Religión como moneda de cambio en ninguna negociación. Está en juego la libertad fundamental de los padres para elegir la educación moral y religiosa que quieren para sus hijos”, afirma García.
Fuente:
ReL