Todos estamos llamados
a ser felices, ¿cuál es la clave?
Los medios de comunicación muestran
personas exitosas o famosas que se han quitado la vida, que caen en vicios o
tienen serios problemas judiciales, etc. Son personas que han pasado fácilmente
del éxito al fracaso. ¿A qué estaban llamadas realmente?
¿Estaban llamadas a ser exitosas o a ser
fracasadas? ¿Existen en verdad vidas destinadas a ser exitosas o a ser
fracasadas o, como dice el refrán, personas que nacen con estrella y otras que
nacen estrelladas?
¿Qué son el fracaso y el éxito? Los parámetros para definir lo uno o lo
otro son muy confusos, y muchos de ellos son muy cuestionables.
Indiferentemente del origen o del
ambiente o de la familia en que se nazca o se crezca, en términos generales, no
existe persona alguna que toda su vida entera haya sido o sea, en todas las
dimensiones humanas, un constante y total éxito o un constante y total fracaso.
Comencemos por decir que nadie ha sido
llamado a la existencia para estar condenado al fracaso, a un eterno fracaso
del que no se pueda salir, todo lo contrario. Dios no
crea a nadie para la infelicidad; afirmar lo contrario sería
injusto con Él, que es el justo por antonomasia (Sal 7, 12; Sal 37, 28; Is 53,
11; 1 Jn 2, 1).
El problema de los fracasos se encuentra
en la intervención de factores muy ajenos al deseo o voluntad de Dios. Ahora, hay que tener en cuenta que un fracaso en la vida no equivale a ser
fracasado en la vida.
Todos pues estamos llamados a ser en
la vida exitosos. ¿Pero dónde está el factor decisivo para
serlo?
Alguien dirá que la clave del éxito está
en la riqueza. Esto es un error
pues muchas personas de éxito vienen de la clase media o media baja. Ni la
riqueza es garantía de éxito ni la pobreza es garantía de fracaso.
Alguien dirá que el éxito está en los orígenes familiares. Esto
es falso o, al menos, relativo. La familia no es un indicador confiable de
éxito o fracaso. De una misma familia pueden salir un hijo que sea un personaje
y un hijo que sea un completo dolor de cabeza para la familia misma y/o la
sociedad.
Además un buen porcentaje de gente
exitosa viene de familias destruidas o mal estructuradas o, incluso, ha crecido
sin familia.
Alguien podrá decir también que el éxito
está en la ausencia
de dificultades. ¿Quién no las tiene? Detrás de cada persona
exitosa hay dificultades o adversidades superadas con grandes esfuerzos.
Alguien finalmente podrá decir también
que las personas inteligentes o muy inteligentes tienen el éxito
asegurado. Esto también es cuestionable, pues ha habido o hay gente que no ha
sido precisamente una lumbrera o que escasamente tenga los estudios más mínimos
y sin embargo son, por ejemplo económicamente hablando, exitosas.
En la vida de todo ser humano hay de
todo: hay momentos o días en que parece que la vida va “sobre ruedas” o en que
parece que la vida va “en picado”.
Será, desde el punto de vista terrenal,
al final de la vida cuando se podrá hacer un balance de la misma y se constatará que en la
vida hubo más o menos progresos o éxitos así como más o menos retrocesos, más
en unas cosas que en otras (por ejemplo, una persona puede se puede ser exitosa
en lo profesional, pero fracasada en lo afectivo, familiar, etc.).
Fuente:
Aleteia