¡No encuentro el botón del selfie!
Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
El otro día vino de visita una madre con su hijo. Al
final nos fuimos a hacer una foto y, para que saliésemos todos, me ofrecí a
hacer un selfie. Me aventuré a coger el móvil y la cara se me cambió... ¡no
encontraba el botón para cambiar a la cámara interior!
Empecé a buscarlo, y el chico rápidamente dijo:
"Está aquí". Todas nos empezamos a reír, los comentarios fueron:
"Uy, ya empiezas a ser monja-monja", "Si ya te pierdes con un
móvil..."
Como he sido la última en entrar (hace un año, más o
menos), podía decir que conocía la música actual, las últimas aplicaciones, la
ropa que está de moda... Después de un año, ¡cuánto cambia todo! Ahora en
Instagram se pueden hacer historias como en Snapchat y todo...
Luego, en la oración, pensaba en lo rápido que cambian
las cosas: ya nada dura más de un año. Siempre tiene que haber algo nuevo,
mejor a lo anterior. Y, quieras que no, eso va adentrándose en la sociedad
hasta hacernos pensar que nada dura, ni siquiera con las personas, incluso lo
trasladamos al Señor. "¿Que me ama eternamente? ¿Desde siempre y para
siempre? Imposible". Por eso no nos comprometemos con nada: "Si,
total, dentro de poco va a cambiar"... Tenemos miedo al compromiso.
El Señor no tiene ese miedo, Él ha hecho una promesa
con cada uno de nosotros, como hizo con Abraham. "Si somos infieles, Él
permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo" (2 Tm 2, 13) Qué
bonito que Él siempre está dispuesto a perdonarnos de nuevo y a acogernos. Él
nunca va a tirar la toalla con nosotros.
Si tú hoy estás así, con miedo a que te fallen las
personas con las que te comprometes, te invito a que mires a Cristo.
Hoy el reto del amor es que, si estás en esta
situación, le pidas al Señor apostar por el amor, no dejar de amar a las
personas de tu alrededor aunque estéis pasando por un momento difícil. Él te
dará la fuerza.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma