“Si se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo”, aseguró
el Cardenal Angelo Amato
El Papa Francisco, durante el rezo del ángelus dominical en la
Plaza de San Pedro, ha recordado a los recién beatificados mártires de Nembra
(Oviedo). “Demos gracias al Señor por estos heroicos testimonios de fe que se
unen a la lista de los mártires que han ofrecido su vida en el nombre de Cristo”, declaró.
La
beatificación del sacerdote P. Genaro Fueyo y los laicos Antonio González,
Isidro Fernández y Segundo Alonso, también conocidos como los mártires de
Nembra, por la localidad de Asturias donde fueron asesinados, tuvo lugar el
sábado 8 de octubre en la Catedral de Oviedo (España).
La
ceremonia estuvo presidida por el Prefecto de la Congregación para las Causas
de los Santos, Cardenal Angelo Amato; junto con el Arzobispo de Oviedo, Mons.
Jesús Sanz; los Obispos de las diócesis de León, Astorga y Santander; y los
obispos asturianos Mons. Atilano Rodríguez y Mons. Juan Antonio Martínez
Camino.
El Cardenal Amato destacó durante la homilía que a pesar de que han pasado casi
80 años de la muerte de estos mártires durante la persecución religiosa de la
Guerra Civil española, “las heridas se están cicatrizando poco a poco”.
Y
apuntó que “contra el riesgo real de la desaparición de aquel suceso
sangriento, la Iglesia reclama, no por un sentimiento de
venganza y de odio hacia los perseguidores de entonces, sino por un justo deseo
de recuerdo”.
“Si
se olvida el pasado, estamos condenados a repetirlo”, aseguró el Cardenal.
Además
insistió en que “el recuerdo es necesario en el caso de nuestros mártires,
porque, matados por odio a la fe, respondieron a sus asesinos con el perdón,
convirtiéndose así en héroes de auténtica humanidad y vencedores inermes de una
diabólica y ciega violencia. A distancia del tiempo su recuerdo pone en
evidencia la sublimidad de la mansedumbre cristiana y la fragilidad del mal.
Sólo la piedad vuelve humana a la sociedad”.
El
Arzobispo de Oviedo, Mons. Jesús Sanz, agradeció al Santo Padre “haber señalado
a estos hermanos de nuestra tierra, de nuestra Iglesia diocesana y casi de
nuestro tiempo, como nuevos beatos honrados con la palma del martirio”.
Y encomendó a la Virgen de Covadonga, también conocida como "la
Santina", Patrona de Asturias y a los nuevos mártires Genaro, Isidro,
Segundo y Antonio para que “podamos ser testigos en nuestra circunstancia
cotidiana del amor y el perdón que ellos nos han enseñado”.
Según
destacó el Arzobispado de Oviedo, entre los asistentes a la beatificación se
encontraba Enrique Fernández, de 85 años, quinto hijo de Isidro Fernández, y
único descendiente directo vivo de los mártires. También se encontraban los
presidentes a nivel mundial y nacional de la Adoración Nocturna, asociación a
la que pertenecían los cuatro mártires.
Fuente: ACI Prensa