La
convivencia con los musulmanes siempre ha ido “más o menos bien porque nosotros
somos muy pocos”
Tiene 25 años, se llama Orzú Saidshoev y
hace poco se convirtió en el primer sacerdote nacido en Tayikistán, un joven
país de mayoría musulmana donde según cifras oficiales hay poco más de 300
habitantes católicos.
El Padre Orzú recibió la ordenación
sacerdotal el pasado 25 de junio en la pequeña ciudad de Montefiascone, en
Italia, y en las próximas semanas viajará como misionero a Rusia a través de su
congregación, el Instituto del Verbo Encarnado, una de las pocas organizaciones
católicas que existen allí.
La República de Tayikistán es un pequeño
país de Asia Central que tiene una población de 8 millones de habitantes, de
los cuales el 95% profesa el islamismo. En 1991 se independizó de la Unión
Soviética. Su territorio limita con Afganistán, Uzbekistán, Kirguistán y China.
“Siento un poco de temor porque tengo una
responsabilidad muy grande ya que soy el primero (sacerdote nacido en
Tayikistán) y también mucha alegría porque es un camino muy alegre, un camino
de santidad para salvar las almas. Es muy importante, como hicieron los
misioneros de Argentina que estaban en Tayikistán, han evangelizado la misión y
gracias a ellos es que yo estoy aquí”, dijo el presbítero a ACI Prensa durante
una visita a Roma.
La pequeña población católica de Tayikistán
tiene “dos parroquias, una de ellas en la capital Dusambé, también tenemos tres
sacerdotes misioneros de Argentina, tres hermanas de nuestro Instituto y cuatro
hermanas de Madre Teresa de Calcuta”.
Para el joven sacerdote, la convivencia con
los musulmanes siempre ha ido “más o menos bien porque nosotros somos muy
pocos”.
“No tenemos muchos problemas por eso, pero
bien. Ellos nos respetan a nosotros y nosotros a ellos” aunque reconoce que a
pesar de esta buena relación “no puedo evangelizar en público y tampoco puedo
llevar sotana”, explicó.
“Pido la gracia de perseverar en este
camino que no es fácil, es muy difícil, y también pido la gracia de poder
salvar muchas almas, para ganar las almas y llevarlas al cielo. Eso es lo principal
del ministerio sacerdotal y así también pido la gracia de que en Tayikistán
pueda haber muchos cristianos y puedan convertirse”, aseguró el sacerdote.
A su ordenación asistió su madre, quien
viajó desde Tayikistán para acompañar a su hijo en la celebración. “Estoy muy
feliz, todo salió bien. Cuando regrese a casa iré a compartir mi alegría con
mis amigos y mis hermanas”, indicó.
Fuente:
ACI Prensa