Los
voluntarios, psicólogos, sacerdotes que trabajamos en Mater compartimos la
misericordia que recibimos de Dios escuchando, aconsejando, dando de comer
comida material, comida espiritual
María (seudónimo) no ha tenido una vida fácil. Tiene 32 años y tres hijos.
Hace unos años, embarazada del segundo, ingresó en un centro de desintoxicación
para drogodependientes ya que los servicios sociales le habían quitado la
custodia temporal de su primera hija, por no estar en condiciones de hacerse
cargo de ella.
Sin embargo, su voluntad y la ayuda del Proyecto Mater hizo que pudiera salir adelante. Ahora
está rehabilitada y recibe ayuda de este organización dedicada a sostener
madres en riesgo de abortar y exclusión social, que la diócesis de Toledo en
España comenzó con motivo del Año de la Misericordia.
“Si no fuera por el Proyecto Mater no
hubiera recuperado a mi hija. Ellos me han ayudado a tener vivienda, comida y
lo básico. Les estoy realmente agradecida porque los servicios sociales saben
que ellos me respaldan”, explica a ACI Prensa la madre que prefiere permanecer
en el anonimato.
Aunque ella sabe que esta ayuda no es
eterna sino “un empujón para salir adelante, sobre todo porque el padre de los
niños está en la cárcel en otro país”, apunta.
Ahora está embarazada de su tercer hijo y
su vida comienza a estabilizarse lejos de las drogas.
“Cuando me quedé embarazada de mi tercer hijo sinceramente sí me plantee
abortar. Las primeras personas a la que se lo dije fue a mi madre y a Balbi.
Ella me felicitó y me dijo que me ayudaría, que todo iría bien”.
“Sin Mater no hubiera podido. Me pregunto
qué hubiera hecho si ellos no hubieran estado”, asegura.
Balbi, a la que se refiere la joven, es
Balbina Rojas, la coordinadora del proyecto Mater, algo así como el “alma
mater” de la iniciativa por la que solo en el primer año desde su inicio han
pasado unas 150 mujeres con niños menores de un año y en riesgo de exclusión
social o afectadas por el síndrome postaborto.
Rojas cuenta que esta iniciativa nació de
la mano del Arzobispo de Toledo, Mons. Braulio Rodríguez, que “puso en común
las inquietudes de llevar a cabo un proyecto diocesano en el que se implicara
los centros de orientación familiar, la delegación de familia y vida, el secretariado pastoral de la
diócesis y por supuesto, también Cáritas”.
“Para las mamás que llegan es
fundamentalmente un proceso de acompañamiento, acogida, de escucha, de
atención… Intentamos hacer frente a las necesidades en todos los ámbitos que la
mamá pueda demandar, también las de orden económico”, explica Balbina Rojas a
ACI Prensa.
Esta iniciativa nació unida al Año de la
Misericordia y con un marcado acento pastoral. “El corazón del proyecto Mater
es la capilla”, apunta y explica que las madres que participan del proyecto así
como sus hijos son ofrecidos a la Virgen para que les ayude.
“Los voluntarios, psicólogos, sacerdotes
que trabajamos en Mater compartimos la misericordia que recibimos de Dios
escuchando, aconsejando, dando de comer comida material, comida espiritual”,
explica Rojas.
El objetivo es que “las mamás puedan
sanar y limpiar sus heridas, cuidarlas a ellas y a sus hijos el tiempo que sea
necesario para que reciban ese calor, ese afecto, esa ternura que muchas
necesitan. También ayudarlas a ver qué cosas hay que cambiar en su vida, que
reorientar, con todos los medios que la Iglesia, en este caso la
diócesis de Toledo, pone a su disposición”.
Casos como el de ‘María’ son frecuentes
en Mater, por eso Balbina Rojas recuerda a otra madre que estaba decidida a
abortar y finalmente siguió adelante con su embarazo y “en una ocasión ella me
dijo que gracias a Mater había podido ver los hermosos ojos de su hijo”.
También recuerda el caso de otra madre
cuyo hijo venía con una seria malformación “incompatible” con la vida. “La mamá
decidió seguir con el embarazo porque si su hijo estaba luchando por la vida en
el vientre, a pesar de las dificultades, ella también lucharía por la vida de
su hijo”, recuerda.
El pequeño falleció dos horas después de
nacer, “recibió el bautismo y fue algo que nos conmovió profundamente porque
fuimos testigos del tremendo testimonio de vida y de lucha por la vida de la
madre y del hijo”, resaltó.
Al Proyecto Mater también llegan muchas
mujeres que son víctimas del aborto por las secuelas psicológicas que
deja.
“Muchas de ellas a quien primero acuden
es a un sacerdote y es muy importante recibir la gracia de la confesión y el
perdón de ese pecado. Pero también es necesario que las acompañen nuestros
psicólogos con terapias para que puedan superar esos hechos que las han dejado
tan marcadas, dolidas y culpabilizadas”, concluye Rojas.
Más información sobre el Proyecto Mater AQUÍ.
Fuente:
ACI Prensa