Audiencia general: "Cuántas veces
teniendo de frente a refugiados y migrantes sentimos fastidio e
insensibilidad..."
Las calles están llenas de
una multitud de ciegos ysordos ante el dolor del “hermano que sufre”
poseídos de “insensibilidad y rechazo”:
lo dijo el papa
Francisco al reflexionar sobre la misericordia desde la perspectiva evangélica,
durante la audiencia
generalcelebrada en la plaza de San Pedro este miércoles 15 de
junio de 2016.
Calles pobladas, pero gente sola
En especial señaló a los mendigos, los refugiados y losmigrantes.
“¡Cuántas veces nosotros
vemos en la calle gente con necesidad y sentimos
rechazo! -lamentó-.
Cuántas veces teniendo de frente a refugiados y migrantes sentimos fastidio e insensibilidad.
Todos sentimos esto, también yo”, confesó.
Multitud de ciegos y sordos
El Obispo de Roma desnudó al rey de la insensibilidad que
vive en cada uno de nosotros.
Y con su lenguaje original,
él también se llamó parte de esamuchedumbre de ciegos y
sordos que
caminan por las calles privados de la capacidad de ver y sentir el amor, la
solidaridad y la compasión.
En una jornada soleada, Francisco
presidió ante decenas de miles de personas la audiencia general dedicada a la “luz de
la misericordia”. La misericordia es precisamente el lema
principal del Jubileo que concluirá en noviembre.
El Evangelio (Lc 18, 35-43)
que utilizó para la predicación semanal revela que Jesús “acercándose a Jericó,
restituye la vista a un ciego que mendigaba en el orilla del camino”.
“La figura de este hombre
representa tristemente a tantas personas que, aún hoy, sufren discriminación y rechazopor
parte de los demás”, señaló.
Enfermos de insensibilidad
Francisco habló de la
multitud de enfermos
deinsensibilidad ante el dolor ajeno.
“Como entonces, también ahora
la indiferencia y la hostilidad causan ceguera y sordera, que impiden percibir las necesidades de los
hermanos y reconocer en ellos la presencia del Señor”, explicó.
Sin embargo, el Pontífice
latinoamericano explicó a los fieles que, en contraste con esta actitud, Jesús
que pasa, “no es indiferente al grito del ciego que, movido por la fe, quiere
encontrarlo e invoca su ayuda”.
Jesús sana de la insensibilidad
“Y el Señor, como humilde
servidor, escucha la súplica del ciego y le devuelve la vista”, añadió.
Francisco entonces insistió:
“gracias a su fe el hombre ve, pero sobre todo, experimenta el amor de Dios
que, en Jesús, se hace siervo del hombre pecador”.
Por último, saludó
cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos
provenientes de España y Latinoamérica.
E instó a los presentes a buscar
a “Cristo, en el que brilla la fuerza de la misericordia de Dios”, para que Él
“ilumine y sane también nuestros corazones, para que aprendamos a estar atentos
a las necesidades de nuestros hermanos y celebremos las maravillas de su amor
misericordioso”.
Fuente: Aleteia