Dice cómo procurando siempre andar en
amor y temor de Dios, iremos seguras entre tantas tentaciones.
1. Pues, buen Maestro nuestro, dadnos algún remedio cómo
vivir sin mucho sobresalto en guerra tan peligrosa.
El que podemos tener, hijas, y nos dio Su Majestad es
"amor y temor"; que el amor nos hará apresurar los pasos; el temor
nos hará ir mirando adónde ponemos los pies para no caer por camino adonde hay
tanto en que tropezar como caminamos todos los que vivimos. Y con esto a buen
seguro que no seamos engañadas.
2. Diréisme que en qué veréis que tenéis estas dos virtudes
tan grandes. Y tenéis razón, porque cosa muy cierta y determinada no la puede
haber; porque siéndolo de que tenemos amor, lo estaremos de que estamos en
gracia (1). Mas mirad, hermanas: hay unas señales que parece los ciegos las
ven; no están secretas; aunque no queráis entenderlas, ellas dan voces que
hacen mucho ruido, porque no son muchos los que con perfección las tienen, y
así se señalan más. ¡Como quien no dice nada: amor y temor de Dios! Son dos
castillos fuertes, desde donde se da guerra al mundo y a los demonios.
3. Quien (2) de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre y los favorecen y defienden. No aman sino verdades y cosa que sea digna de amar. ¿Pensáis que es posible quien muy de veras ama a Dios amar vanidades? Ni puede, ni riquezas, ni cosas del mundo, de deleites, ni honras; ni tiene contiendas ni envidias. Todo porque no pretende otra cosa sino contentar al Amado. Andan muriendo porque los ame, y así ponen la vida en entender cómo le agradarán más.
¿Esconderse? (3) -¡Oh, que el amor de Dios, si de veras es
amor, es imposible! Si no, mirad un San Pablo, una Magdalena: en tres días el
uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor; éste fue San Pablo. La
Magdalena desde el primer día, ¡y cuán bien entendido! Que esto tiene, que hay
más o menos; y así se da a entender como la fuerza que tiene el amor: si es
poco, dase a entender poco; y si es mucho, mucho; mas poco o mucho, como haya
amor de Dios, siempre se entiende.
4. Mas de lo que ahora tratamos más, que es de los engaños e
ilusiones que hace el demonio a los contemplativos, no hay poco; siempre es el
amor mucho -o ellos no serán contemplativos-, y así se da a entender mucho y de
muchas maneras. Es fuego grande, no puede sino dar gran resplandor. Y si esto
no hay, anden con gran recelo, crean que tienen bien que temer, procuren
entender qué es, hagan oraciones, anden con humildad y supliquen al Señor no
los traiga en tentación; que, cierto, a no haber esta señal, yo temo que
andamos en ella. Mas andando con humildad, procurando saber la verdad, sujetas
al confesor y tratando con él con verdad y llaneza, que, -como está dicho- (4),
con lo que el demonio os pensare dar la muerte os da la vida, aunque más cocos
e ilusiones os quiera hacer (5).
5. Mas si sentís este amor de Dios que tengo dicho y el
temor que ahora diré, andad alegres y quietas, que por haceros turbar el alma
para que no goce tan grandes bienes, os pondrá el demonio mil temores falsos y
hará que otros os los pongan. Porque ya que no puede ganaros, al menos procura
hacernos algo perder, y que pierdan los que pudieran ganar mucho creyendo son
de Dios las mercedes que hace tan grandes a una criatura tan ruin, y que es
posible hacerlas, que parece algunas veces tenemos olvidadas sus misericordias
antiguas (6).
6. ¿Pensáis que le importa poco al demonio poner estos
temores? -No, sino mucho, porque hace dos daños: el uno, que atemoriza a los
que lo oyen (7) de llegarse a la oración, pensando han también de ser
engañados. El otro, que se llegarían muchos más a Dios, viendo que es tan bueno
-como he dicho- (8), que es posible comunicarse ahora tanto con los pecadores.
Póneles codicia -y tienen razón- que yo conozco algunas personas que esto los
animó y comenzaron oración, y en poco tiempo salieron verdaderos, haciéndolos
el Señor grandes mercedes.
7. Así que, hermanas, cuando entre vosotras viereis hay
alguna que el Señor las haga, alabad mucho al Señor por ello, y no por eso
penséis está segura, antes la ayudad con más oración; porque nadie lo puede
estar mientras vive y anda engolfado en los peligros de este mar tempestuoso.
Así que no dejaréis de entender este amor adonde está, ni sé
cómo se pueda encubrir (9). Pues si amamos acá a las criaturas, dicen ser
imposible y que mientras más hacen por encubrirlo, más se descubre, siendo cosa
tan baja que no merece nombre de amor, porque se funda en nonada; ¿y habíase de
poder encubrir un amor tan fuerte, tan justo, que siempre va creciendo, que no
ve cosa para dejar de amar, fundado sobre tal cimiento como es ser pagado con
otro amor, que ya no puede dudar de él por estar mostrado tan al descubierto,
con tan grandes dolores y trabajos y derramamiento de sangre, hasta perder la
vida, porque no nos quedase ninguna duda de este amor? ¡Oh, válgame Dios, qué
cosa tan diferente debe ser el un amor del otro a quien lo ha probado!
8. Plega a Su Majestad nos le dé antes que nos saque de esta
vida, porque será gran cosa a la hora de la muerte ver que vamos a ser juzgadas
de quien habemos amado sobre todas las cosas (10). Seguras podremos ir con el
pleito de nuestras deudas. No será ir a tierra extraña, sino propia, pues es a
la de quien tanto amamos y nos ama (11). Acordaos, hijas mías, aquí de la
ganancia que trae este amor consigo y de la pérdida no le tener, que nos pone
en manos del tentador, en manos tan crueles, manos tan enemigas de todo bien y
tan amigas de todo mal.
9. ¿Qué será de la pobre alma que, acabada de salir de tales
dolores y trabajos como son los de la muerte, cae luego en ellas? ¡Qué mal
descanso le viene!; ¡qué despedazada irá al infierno!; ¡qué multitud de
serpientes de diferentes maneras!; ¡qué temeroso lugar!; ¡qué desventurado
hospedaje! Pues para una noche una mala posada se sufre mal, si es persona
regalada (que) (12) son los que más deben de ir allá), pues posada de para
siempre, para sin fin, ¿qué pensais sentirá aquella triste alma?
Que no queramos regalos, hijas; bien estamos aquí; todo es
una noche la mala posada. Alabemos a Dios. Esforcémonos a hacer penitencia en
esta vida. Mas ¡qué dulce será la muerte de quien de todos sus pecados la tiene
hecha y no ha de ir al purgatorio! ¡Cómo desde acá aun podrá ser comience a
gozar de la gloria! No verá en sí temor sino toda paz.
10. Ya que no lleguemos a esto, hermanas (13), supliquemos a
Dios, si vamos a recibir luego penas, sea adonde con esperanza de salir de
ellas las llevemos de buena gana, y adonde no perdamos su amistad y gracia, y
que nos la dé en esta vida para no andar en tentación sin que lo entendamos
(14).
NOTAS
1 Al
margen del manuscrito añadió uno de los censores, por escrúpulo teológico:
"Lo cual no es posible sino por especial privilegio".
2 Quien
por "quienes": uso frecuente en la Santa.
3
"Del todo", añadió al margen el mismo censor del número 2, por el
mismo escrúpulo, tachando a continuación la frases alusivas a S. Pablo y a la
Magdalena, hasta: ... bien entendido.
4 Está
dicho en el c. 38, nn. 3-4-. -En la 1ª redacción alegaba de nuevo el
pensamiento de S. Pablo ("fiel es el Señor" 1 Cr 10, 13), y
recomendaba estar sujetas a todo lo que tiene la Iglesia...
5 Hablará
de él en el c. 41.
6 Alusión
al Salmo 88, 50.
7 "Y
temen", añadió el censor.
8 Alude a
lo dicho en el c. 16, nn. 6-8; y c. 25, nn. 1-2.
9
"Del todo", acotó el censor; y en la frase siguiente: ...ser
imposible "se encubra el amor". Poco más abajo, el mismo escrúpulo
teológico de otras veces lo indujo a recortar dos frases: con otro amor
"del cual ya no puede dudar", hasta perder la vida "por nosotros
y" porque no nos quedase ninguna duda de este amor "del Señor".
El
presente pasaje era más vivaz y expresivo en la 1ª redacción: como digo, luego
se conoce adonde está [este amor]; pues no se puede encubrir si se ama un
hombrecillo o una mujercilla, sino que mientras más lo encubren parece más se
descubre -con no tener que amar sino un gusano, ni merece nombre de amor,
porque se funda en nonada, y es asco poner esta comparación-, y ¿habíase de
poder encubrir un amor tan fuerte como el de Dios, fundado sobre tal cimiento,
teniendo tanto que amar y tantas causas por qué amar? En fin, es amor y merece
este nombre, que hurtado se le deben tener acá las vanidades del mundo.
10 Será
gran cosa a la hora de la muerte - "que vamos adonde no sabemos",
añadió en la 1ª redacción; pero el censor se creyó en la necesidad de tachar no
sabemos y escribir "creemos". -Todo este número es un delicado
mosaico de reminiscencias bíblicas.
11 En la
1ª redacción: Que esto tiene mejor -con todo lo demás- que los queredes de acá:
que en amándole, estamos bien seguras que nos ama.
12 El
tenaz censor tachó el que y escribió "como".
13 El
amanuense del ms. de Toledo copió: "Y que no lleguemos a esto,
hermanas", y la Santa añadió: siendo posible, gran cobardía será.
14 La
conclusión de la 1ª redacción era más compendiosa: Alabemos a Dios, y siempre
cuidado de suplicarle nos tenga de su mano, y a todos los pecadores, y no nos
traiga en estas ocultas tentaciones.
Fuente: Mercaba