En el saludo navideño con los
empleados de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano, Francisco les pide que
cuiden siempre de su matrimonio y de sus hijos
El papa Francisco ha felicitado las fiestas de
Navidad a los empleados de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano,
acompañados por sus familias. Durante el encuentro ayer lunes por la mañana, el
Santo Padre ha querido darles las gracias por su trabajo, por el empeño que
ponen para hacer bien las cosas, siempre, incluso cuando no hay ningún
reconocimiento. En un modo particular, ha dado las gracias a los que “desde
hace tantos años hacen el mismo tipo de trabajo, un trabajo escondido a menudo,
y tratan de hacer las cosas como se debe”.
También ha sido hoy una ocasión para pedir
perdón “por los escándalos que ha habido en el Vaticano”. Pero --ha añadido el
Santo Padre-- quisiera que mi actitud y la vuestra, especialmente en estos días
fuera sobre todo la de la oración, rezar por las personas implicadas, para
que quien se ha equivocado se arrepienta y pueda reencontrar el camino justo.
Por otro lado, el Pontífice ha animado a los
presentes a cuidar de su matrimonio y sus hijos. Así, ha pedido que dediquen
tiempo para jugar con los niños y ha recordado que el matrimonio es como una
planta. “No es como un armario, que se pone ahí, en la habitación, y basta con
limpiarle el polvo de vez en cuando. Una planta está viva, se cuida cada día:
ver cómo está, regarla, etc.”, ha recordado. Asimismo ha insistido en que el
matrimonio es una realidad viva: "la vida de pareja no se da nunca por
descontada, en ninguna fase del recorrido de una familia”.
A propósito ha asegurado que el regalo más precioso
para los hijos no son las cosas, sino el amor de los padres. “Y no hablo solo
del amor de los padres hacia los hijos, sino precisamente el amor de los padres
entre ellos, es decir, la relación conyugal”.
El Santo Padre ha subrayado la necesidad de
cultivar la “planta” del matrimonio y al mismo tiempo cuidar la relación con
los hijos. También ha pedido apuntar hacia la misericordia en las relaciones cotidianas,
entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas; y cuidar
de los abuelos.
Del mismo modo ha pedido “cuidar la paz en la
familia”. El Papa ha reconocido que en la familia se pelea, lo sabemos todos.
Incluso, ha observado, cuando en un matrimonio no se pelean parece
anormal. “Lo importante es que no se termine la jornada sin hacer las paces”.
Por otro lado, el Santo Padre ha pedido que el Jubileo sea vivido también en la
Iglesia doméstica, no solo en los grandes eventos. “El Señor ama a quien
practica la misericordia en las circunstancias ordinarias”. Por eso, les ha
deseado “expresar la alegría de la misericordia, comenzando por vuestra
familia”.
Antes de despedirse, el Papa ha dado de nuevo las
gracias a los presentes por su trabajo y ha pedido perdón por los escándalos.
Fuente: Zenit