Educar es también “un acto de amor” y “son los padres los que
tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos"
El
papa Francisco advirtió a los colegios españoles de que si excluyen a los
padres así como sus creencias y valores están realizando “una amputación grave”
en la educación de los niños.
El
Pontífice envió una carta al presidente de la Comisión episcopal de Educación
de la Conferencia Episcopal Española, monseñor César Franco, con motivo de la
inauguración del XVIII Congreso de Escuelas Católicas que se está celebrando en Madrid, hasta
el sábado 31 de octubre, bajo el lema “Sabemos educar. Libertad y compromiso” y
que reúne a más de 1.800 directores, profesores y titulares de centros
educativos españoles.
Asimismo,
pide que los profesores de
las escuelas católicas sean “profesionales” pero, sobre todo, “coherentes”
y espera que este sea el aspecto “distintivo” de estos colegios. “Los niños y
jóvenes tienen derecho ciertamente a recibir una educación de calidad impartida
con competencia y profesionalidad pero sobre todo necesitan una educación de
calidad humana, moral y espiritual y para ello es imprescindible el testimonio
y coherencia de los profesores, este debe ser un aspecto fundamental y
distintivo de la escuela católica”, subraya.
De
esta forma, según indica,
los maestros pueden ayudar al niño a “crecer como persona” y abrirse a la
realidad “no con actitud posesiva ni con prejuicios ideológicos sino con una
mirada de asombro y respeto ante el misterio de la vida”.
El
Papa reconoce que hay “muchas dificultades y obstáculos” a las que se enfrentan
los profesores “en este momento particularmente complejo de la historia” y, por
ello, les agradece su “dedicación, compromiso, ilusión y generosidad”.
Por
otro lado, Francisco pide a las escuelas que no olviden educar a sus alumnos
para que “luchen contra la cultura del descarte y la marginación” porque, según
recuerda, educar supone también “abrirse a una amplia dimensión social” y, a su
juicio, es “una obligación compartir con los pobres y necesitados el pan de la
cultura”.
En
este sentido, puso de relieve la “larga historia de amor, servicio y promoción
que la escuela católica española siempre ha protagonizado en favor de los niños
más pobres y desfavorecidos” y la ha alentado a ser junto a las familias, “cada
vez más, taller de esperanza”.
El
Congreso y la libertad de enseñanza
Durante
tres días, Escuelas Católicas se proponen explorar y exponer todos aquellos
temas que avalan la necesidad de profundizar en la libertad de enseñanza en su
sentido más amplio. Que la sociedad en general, y el sector en particular,
apueste por la libertad de enseñanza como un pilar de la democracia y la
pluralidad.
Asimismo,
esta reunión tratará de que sea reconocido que el compromiso de la escuela
católica contribuye a mejorar nuestra sociedad y a hacerla más equitativa, y
que la financiación económica es una condición para lograr todo esto.
Escuelas
Católicas es una institución que representa en España a 2.048 centros
educativos concertados católicos, 1.207.527 alumnos y 100.400 trabajadores.
Cada dos años celebra una reunión abierta a todos los representantes de
instituciones titulares y centros educativos. Hasta ahora han tenido lugar doce
congresos, seis en Madrid y los otros cinco en Zaragoza, Valladolid, Sevilla,
Valencia, Toledo y Valladolid.
En
las ediciones anteriores se abordaron temas como el liderazgo educativo; la
calidad; las nuevas reformas educativas y la autonomía de los centros; la
alternativa que suponen los centros concertados de iniciativa social para dar
respuesta a la demanda de la sociedad; la función directiva; la necesidad de
que los centros educativos se adapten, con calidad, a nuevas realidades; la
Formación Profesional; las TIC, y la prevención de dependencias.
Fuente: Aleteia