Sí puede haber gestos internos,
afirma el arzobispo de La Habana
Van
surgiendo algunas señales del despertar religioso en Cuba; un despertar liderado
(en muchos sentidos) por la Iglesia católica, que ha vivido en el corazón del
pueblo cubano desde el inicio de la dictadura del Partido Comunista, de los
hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz.
Aleteia ha venido refiriendo cada
paso de este despertar, así como dando voz a los constantes reclamos de las
comunidades religiosas de Cuba tanto por la ausencia de libertad religiosa y de expresión en la
isla, como por el hostigamiento
que aún reciben los cristianos, primordialmente la Iglesia católica, en las
expresiones públicas de su fe.
Religiosidad latente
El revulsivo de las visitas a Cuba de Juan Pablo II (1998) y de Benedicto XVI
(2013) ha servido de acicate a esta apertura, tímida pero ya real, de las
autoridades cubanas a la expresión de lo que Karl Marx consideraba "el
opio del pueblo" y que a un par de generaciones adoctrinadas en el
desprecio a la religión no han logrado quitarles del todo.
Ahora, con el anuncio de la visita a la isla por parte del Papa Francisco el
próximo mes de septiembre, y con la intermediación del pontífice argentino para
lograr el inicio del fin del distanciamiento y el bloqueo que mantiene Estados
Unidos sobre Cuba, los
cambios parecen acelerarse.
Como si se tratara de una carrera contra reloj para que antes de septiembre de
2015 Cuba pudiese recibir a Francisco (y al mundo) en un clima de apertura y de
respeto a los derechos humanos (que, para muchos, sobre todo la gran comunidad
de exiliados cubanos en Estados Unidos es, simplemente, una pantalla), los
anuncios se aceleran y se magnifican. Pero ¿qué hay en el fondo?
La presencia de Francisco
Para acercarse a una respuesta más o menos clara, toma relevancia la entrevista
que le hizo recientemente, la periodista española Àngels Barceló, en su
programa Hora 25 que
se emite por Cadena Ser de España, a uno de los protagonistas de la hora actual
cubana: el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Lucas Ortega Alamino.
En la entrevista, el
cardenal Ortega Alamino consideró que su país se encuentra en "un momento
de esperanza", en un momento "de perspectivas positivas después de
muchos años de esfuerzos, de preocupaciones por una mejoría, de
la situación de Cuba con respecto a las limitaciones económicas, las
dificultades sobre todo financieras y de otro tipo que traía esta
situación".
Tras afirmar que existe -desde su perspectiva- "una voluntad política muy
clara de los dos presidentes", el de Estados Unidos, Barack Obama, y el de
Cuba, Raúl Castro, *para superar esta crisis demasiado larga en que han vivido
los dos países", monseñor Ortega Alamino rescató la figura clave del Papa Francisco en este proceso
de acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.
Según el prelado cubano, quien será el mes de septiembre, "el único
arzobispo que ha recibido a tres papas diferentes", Francisco ha impresionado a ambos mandatarios "no
por la majestad de su presencia sino por la sencillez y cercanía que él
muestra".
¿Habrá cambios en la libertad religiosa?
La apertura de Cuba está siendo enfocada, desde
luego, desde una perspectiva meramente financiera y comercial.
Pero el Papa Francisco, desde el punto de vista del cardenal de La Habana,
tiene incluso sus recelos sobre este asunto pues, contó en la entrevista a Hora 25 que el embajador de Cuba
ante la Santa Sede (Rodney Alejandro López Clemente) oyó decir al Pontífice:
"Vamos a ver si ahora Cuba no
va por el camino del consumismo y de un afán desordenado que la lleve a la
adoración del dios dinero".
Finalmente, el cardenal Ortega Alamino subrayó el interés del Papa Francisco
por "reafirmar que este camino de acercamiento entre pueblos" que
parecían absolutamente distanciados, y esto "será muy significativo no sólo para Cuba sino para
América Latina".
¿Habrá cambios en la libertad religiosa en Cuba por la visita del Papa
Francisco? El cardenal Ortega Alamino respondió a la periodista española:
"Sí puede haber gestos internos. Cuando fue el Papa Benedicto, hubo un
indulto de presos comunes, porque ya en Cuba no quedan de aquellos presos
Fuente: Aleteia