Los Carmelitas
Descalzos han rehabilitado varias ermitas para acoger a personas solas o en
grupo
El ruido nos calcina interiormente porque nos desconecta de nosotros mismos.
Para recuperar la armonía, existen muchos lugares y uno de ellos es el Parque
Natural del Desierto de Las Palmas, situado a 14 kilómetros de Castellón
(España). Ocupa 3.200 hectáreas y un 10 por ciento de ellas pertenecen a los
Carmelitas Descalzos, allí desde el siglo XVII, y donde se puede encontrar el
silencio reparador que nos unifica y nos acerca a Dios.
Cientos de
personas acuden anualmente a este lugar de contemplación y experiencia mística y
se alojan en las dependencias carmelitanas, como el centro de espiritualidad,
con cabida para varias decenas de personas, o las ermitas que han restaurado los
padres carmelitas para acoger a los peregrinos.
Hasta el momento, están
operativos cinco de los trece templos que están en las inmediaciones del
monasterio, acondicionados con sala de estar, dormitorio y cuarto de baño. Por
unos precios asequibles, uno se puede retirar solo o en compañía en alguna de
estas antiguas ermitas durante varios días y fascinarse por la belleza
circundante al tiempo que, si lo desea, puede participar de las celebraciones y
liturgia de los frailes.
Lugar de belleza y
quietud
Estos, que iniciaron gestiones para adquirir el lugar en
1691, viven de la espiritualidad de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús,
reformadores del Carmelo en el siglo XVI. Buscadores del ensimismamiento en
Dios, como los antiguos eremitas, la palabra “Desierto” adquiere este
significado espiritual en un lugar donde el entorno señala lo contrario, ocupado
por pinos, naranjos, madroños, olivos, algarrobos y una gran variedad de hierbas
aromáticas, como romero, jaras, aliagas, espliego... De igual modo, la alusión a
las palmas no es fruto de las escasas palmeras de alrededor sino de los palmitos
de escoba, que abundan en la zona.
En ese paraje donde reina el silencio
y donde el tiempo se ha parado todo facilita la oración, el estudio, la
convivencia y el trabajo manual de los religiosos, así como del de las personas
que se acercan al monasterio de la Transverberación de Santa Teresa, como se
denomina el lugar. Está situado a 420 metros de altura sobre el nivel del mar y
equidistante de Castellón y Benicasim en ocho kilómetros, respectivamente; con
el monte Bartolo a sus espaldas de cerca de 800 metros de altura, que recibe ese
nombre del eremita que lo habitó hace siglos.
Tandas de
ejercicios

Para los que quieran profundizar en su
fe, además de las celebraciones litúrgicas ordinarias tienen varias tandas de
ejercicios espirituales durante todo el año para sacerdotes, religiosos y
seglares. Tanto para inscribirse en alguno de ellos como para ocupar plaza en el
centro de espiritualidad, en la hospedería, en los albergues o en los templos
acondicionados, basta contactar con el monasterio.
Erigido en el siglo
XVII como lugar de retiro y formación de los religiosos, el monasterio cuenta
con una iglesia, un museo, un archivo y las dependencias aludidas
anteriormente.
Rehabilitación: a la antigua
usanza
Entre ellas, las aludidas más arriba, cuya recuperación
se ha ido abordando en los últimos tiempos por los frailes. Como se comentó
anteriormente, son cinco los operativos en la actualidad a modo de apartamentos
rurales con agua, luz y los servicios necesarios.
Con capacidad para cuatro personas cada uno de ellos, están conectados por una
gran oquedad común que ilumina todas las habitaciones, del mismo modo que se
construía antiguamente. Este proceso de restauración de las trece ermitas
llevado a cabo por los carmelitas tiene como objetivo recuperar el mayor número
de ellas para favorecer la espiritualidad de quienes se acerquen
allí.
Todas tienen un nombre, a saber: el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Señora del Carmen, San Elías, Sagrada Familia, Monserrat, San José, Nuestra Señora de los Desamparados, San Antonio y San Pablo, San Juan Bautista, San Juan de la Cruz, Santo Ángel Custodio, San Miguel Arcángel y Santa Teresa de Jesús.
Fieles a la tradición artesanal, no podía faltar en el monasterio un producto de elaboración propia como es el famoso licor carmelitano que hacen los frailes según recetas seculares a base de hierbas aromáticas y medicinales del singular paraje, que desde 1989 está declarado Parque Natural, que vela por él la Fundación Desierto de las Palmas, y desde 2005 está declarado Bien de Interés Cultural. La comunidad carmelitana tiene un convenio con la Universidad Politécnica para ocuparse de su cuidado, promoción y desarrollo.
Aunque son muchos y variados los encantos del lugar, donde se esponja una espiritualidad y humanidad más plena, el Centro pretende, como expone en su página web: 1.) Ser foco de irradiación de la espiritualidad carmelitana a través de las charlas, encuentros y retiros organizados por los mismos Carmelitas Descalzos durante todo el año; 2.) Ayudar a través del silencio y la contemplación a la vida interior y al recogimiento, para profundizar en la vida cristiana.
Para más información: Centro Espiritualidad Santa Teresa de Jesús
Todas tienen un nombre, a saber: el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Nuestra Señora del Carmen, San Elías, Sagrada Familia, Monserrat, San José, Nuestra Señora de los Desamparados, San Antonio y San Pablo, San Juan Bautista, San Juan de la Cruz, Santo Ángel Custodio, San Miguel Arcángel y Santa Teresa de Jesús.
Fieles a la tradición artesanal, no podía faltar en el monasterio un producto de elaboración propia como es el famoso licor carmelitano que hacen los frailes según recetas seculares a base de hierbas aromáticas y medicinales del singular paraje, que desde 1989 está declarado Parque Natural, que vela por él la Fundación Desierto de las Palmas, y desde 2005 está declarado Bien de Interés Cultural. La comunidad carmelitana tiene un convenio con la Universidad Politécnica para ocuparse de su cuidado, promoción y desarrollo.
Aunque son muchos y variados los encantos del lugar, donde se esponja una espiritualidad y humanidad más plena, el Centro pretende, como expone en su página web: 1.) Ser foco de irradiación de la espiritualidad carmelitana a través de las charlas, encuentros y retiros organizados por los mismos Carmelitas Descalzos durante todo el año; 2.) Ayudar a través del silencio y la contemplación a la vida interior y al recogimiento, para profundizar en la vida cristiana.
Para más información: Centro Espiritualidad Santa Teresa de Jesús
Fuente: Aleteia