D. César Franco pone el acento en la escasez de vocaciones sacerdotales y
el trabajo con los jóvenes como ejes fundamentales de su tarea pastoral al
frente de la diócesis.
El obispo de Segovia, D. César Franco Martínez dejó ayer diametralmente
definidos los contenidos de lo que será su tarea pastoral al frente de la
diócesis a la que se acaba de incorporar, con una especial preocupación por
acercar el mensaje de Cristo a los jóvenes e incentivar las vocaciones al
sacerdocio en una provincia con un clero con una media de edad que se aproxima a
los 70 años. Monseñor César Franco quiso mantener el encuentro que su antecesor Ángel
Rubio organizaba con la prensa local para felicitar las navidades y en él dejó
trazadas algunas de las líneas básicas de su trabajo en los próximos
años.
Ante los periodistas locales, Franco Martínez –al que acompañaron en su comparecencia el Vicario General de la Diócesis, Andrés de la Calle y el delegado diocesano de Medios de Comunicación, Juan Cruz Arnanz- insistió en algunas de las ideas que avanzó en la homilía de su toma de posesión, y reiteró su apuesta por una “renovación” en la Iglesia con el fin de huir del riesgo de la “mundanización” que pueda hacer que pierda su esencia.
En este sentido, precisó que el peligro de la mundanización no debe
entenderse como que la Iglesia “no tiene que estar en el mundo, porque en caso
contrario estaríamos en la inopia”, y señaló que todos “necesitamos una
conversión misionera” capaz de hacer frente a este riesgo con
garantías.
Franco Martínez manifestó que este pensamiento está en la línea no
sólo de lo que ya ha manifestado el papa Francisco, sino en lo que también
defendió en su momento el papa emérito Benedicto XVI. Así, aunque señaló que el
modo de expresarse de Francisco es “más directo”, indicó que Benedicto XVI
“apuntaba ya en la misma línea, aunque bien es cierto que con otro estilo
diferente”.
Bajo estas premisas, el obispo de Segovia respondió a las
preguntas de los periodistas
sobre sus planes de trabajo para la diócesis, y volvió a insistir en no tener un
plan predeterminado, para señalar que antes de tomar ninguna decisión llevará a
cabo encuentros con los responsables de las distintas vicarías y arciprestazgos
para tener una visión más pormenorizada del estado de la diócesis.
De hecho,
señaló que una de sus primeras acciones como obispo ha sido la
confirmación mediante un decreto “ad nutum episcopi” de todos los
responsables de las vicarías, con el fin de dotar de continuidad al trabajo
realizado hasta el momento.
Así, el prelado diocesano insistió en la
necesidad de fomentar las vocaciones al sacerdocio, un problema que si bien
manifestó que “no me quita el sueño ni me angustia”, consideró que deben
buscarse soluciones para la atención a las más de 300 parroquias de la
provincia. Así, apuntó la posibilidad de fomentar las celebraciones en ausencia
de presbítero o iniciativas que conlleven una mayor implicación de los laicos en
esta difícil tarea.
“A tiro” de la juventud
Donde hizo un mayor hincapié es en el trabajo con los jóvenes, en el que
manifestó que se centrará “muchísimo” y que confía en saber “cómo se esta
trabajando en la diócesis para ver si tenemos que cambiar algo”. Además, indicó
que su intención es “ponerme a tiro” de los jóvenes con el fin de acercarles el
mensaje del Evangelio y rechazó los tópicos que ponen a los jóvenes lejos de la
Fe.
“Es cierto que a veces te reciben de uñas –manifestó, pero hay que
aguantar el primer golpe, porque si esperamos que los jóvenes vengan por si
mismos a pedir que les hables de Dios, estamos perdidos, Si tengo que hacer
convivencias, lo haré y si quieren encuentros periódicos, también, pero antes
quiero saber que piensan los sacerdotes y trabajar con ellos de forma
conjunta”.
Fuente: El Adelantado de Segovia
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