La luz de Jesús "la vio la gente sencilla,
dispuesta a acoger el don de Dios" y no "los arrogantes, los
soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales,
los que adoptan actitudes de cerrazón"
El Papa Francisco invitó hoy a los católicos a afrontar con ternura
"las circunstancias más duras de la vida", a mostrar "humildad en cualquier
conflicto" y a dejarse querer por Dios para poder ver la luz en un mundo
de tinieblas.
Este fue el mensaje transmitido por el Papa Francisco en el
discurso pronunciado durante la celebración de la Misa del Gallo en la Basílica
de San Pedro del Vaticano, el primero de los ritos de la que es su segunda
Navidad como pontífice.
La Misa de Nochebuena, que conmemora para los católicos el nacimiento
de Jesús, comenzó a las 21.30 hora local (20.30 GMT) y a ella asistieron cerca de 10.000 personas,
según los organizadores, que permanecieron tanto en el interior de la basílica
como en la Plaza de San Pedro. La celebración, que se pudo ver por primera vez
en 3 dimensiones (3D)
en algunas televisiones de Italia y de Inglaterra, se inició con la procesión
del papa Francisco hacia el altar mayor al son del canto de la "Kalenda", que en
latín recorre desde la Creación hasta la noche en la que nació Jesús.
En este clima litúrgico y tras la proclamación del Santo Evangelio,
el máximo representante de la Iglesia Católica optó por un mensaje breve, centrado en el nacimiento de
Jesús y que le sirvió para invitar a los asistentes y a todos los
católicos del mundo a reflexionar sobre la manera en la que se relacionan con
Dios. Durante la Misa, el obispo de Roma festejó el nacimiento del niño Jesús
para decir que su llegada al mundo fue "una gran luz" que iluminó a los pueblos
y disipó "la oscuridad".
Durante los años anteriores, insistió, el mundo estaba sumido en la
oscuridad, desde que se cometiera "el primer crimen de la humanidad, cuando la
mano de Caín, cegado por la envidia, hirió de muerte a su hermano Abel". Pero
Jesús aportó una luz
que "nació en Belén y fue recibida por las manos tiernas de María, por el cariño
de José, por el asombro de los pastores", recordó.
En su homilía, el Papa leyó el capítulo 9 del Libro de
Isaías en el que el profeta dejó escrita la frase "El pueblo que caminaba
en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombras y una luz les
brilló". "La liturgia de la santa noche de Navidad nos presenta el nacimiento
del Salvador como luz que irrumpe y disipa la más densa oscuridad. La presencia
del Señor en medio de su pueblo libera del peso de la derrota y de la tristeza
de la esclavitud, e instaura el gozo y la alegría", subrayó el papa
argentino.
Y prosiguió: "También nosotros, en esta noche bendita, hemos venido a
la casa de Dios atravesando las tinieblas que envuelven la tierra, guiados por
la llama de la fe que ilumina nuestros pasos y animados por la esperanza de
encontrar la 'luz grande'". Así, con la creación de su Hijo, confirmó el primer
pontífice jesuita, Dios "aquella noche", asumió la fragilidad, los sufrimientos,
las angustias, los anhelos y las limitaciones del ser humano.
En este punto, el Papa Francisco invitó a los católicos a contemplar
la imagen de Dios en la
Tierra, "acostado en un pesebre", para reflexionar sobre la manera en la
que se relacionan con Dios. "¿Cómo acogemos la ternura de Dios? ¿Me dejo
alcanzar por él, me dejo abrazar por él, o le impido que se acerque? 'Pero si yo
busco al Señor' -podríamos responder-. Sin embargo, lo más importante no es
buscarlo, sino dejar que sea él quien me encuentre y me acaricie con cariño",
apuntó.
Y añadió: "¿Tenemos el coraje de acoger con ternura las situaciones
difíciles y los problemas de quien está a nuestro lado, o bien preferimos
soluciones impersonales, quizás eficaces pero sin el calor del Evangelio? ¡Cuánta necesidad de ternura tiene
el mundo de hoy!". Finalmente, el papa Francisco concluyó su homilía
reiterando el mensaje de Isaías para asegurar que la luz de Jesús "la vio la
gente sencilla, dispuesta a acoger el don de Dios" y no "los arrogantes, los
soberbios, los que establecen las leyes según sus propios criterios personales,
los que adoptan actitudes de cerrazón".
Tras la celebración eucarística, el octavo jefe del Estado Vaticano
portó entre sus brazos al
Niño Jesús y lo llevó en procesión hasta el Nacimiento, instalado en la
Basílica Vaticana. Jorge Bergoglio volverá a asomarse mañana al balcón de la
Logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano, igual que cuando fue
elegido papa, para leer su mensaje de Navidad e impartir la bendición "Urbi et
Orbi" (a la ciudad y al mundo) a los miles de fieles que se acerquen a
escucharle.
Fuente: ABC
