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| Audiencia Jubilar. 20 de diciembre 2025. Papa León XIV. Vatican Media. Dominio público |
«Dios ha
destinado a todos los bienes de la creación —dice el Pontífice— para que todos
participen de ellos.
El Niño Jesús nos revela que Dios tiene entrañas de misericordia,
a través de las cuales siempre engendra. En Él no hay amenaza, sino perdón.
Lo recordó el Papa León XIV en su catequesis de la última
audiencia jubilar de los sábados, celebrada en la mañana de hoy, 20 de
diciembre, en la Plaza de San Pedro. Iniciadas por el Papa Francisco en el mes
de enero, las catequesis se centraron en el tema de este Jubileo: la esperanza.
Tras saludar desde el papamóvil a los fieles reunidos en la plaza, el Obispo de
Roma inició su catequesis recordando la cercanía de la Navidad y la inminente
conclusión del Jubileo, pero, puntualizó, “no termina la esperanza que este Año
nos ha dado; ¡seguiremos siendo peregrinos de la esperanza!”
Sin
esperanza, estamos muertos; con la esperanza, venimos a la luz. La esperanza es
generativa. De hecho, es una virtud teologal, es decir, una fuerza de Dios, y
como tal genera, no mata, sino que hace nacer y renacer. Esta es la verdadera
fuerza. Lo que amenaza y mata no es fuerza: es prepotencia, es miedo agresivo,
es mal que no genera nada. La fuerza de Dios hace nacer. Por eso, para
terminar, quisiera decirles: esperar es generar.
Dios siempre
genera, nosotros podemos generar con él
Inspirándose en las palabras de San Pablo cuando escribe a los
cristianos de Roma que “toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta
hoy”, el Santo Padre indicó que esta imagen nos ayuda a escuchar y a llevar en
nuestra oración el grito de la tierra y el grito de los pobres.
«Toda» la
creación es un grito. Pero muchos poderosos no escuchan este grito: la riqueza
de la tierra está en manos de unos pocos, muy pocos, cada vez más concentrada
—injustamente— en manos de quienes a menudo no quieren escuchar el gemido de la
tierra y de los pobres. Dios ha destinado a todos los bienes de la creación,
para que todos participen de ellos. Nuestra tarea es generar, no robar. Sin
embargo, en la fe, el dolor de la tierra y de los pobres es como el de un
parto. Dios siempre genera, Dios sigue creando, y nosotros podemos generar con
Él, en la esperanza. La historia está en manos de Dios y de quienes esperan en
Él. No solo hay quienes roban, hay sobre todo quienes generan.
María,
modelo de esperanza
El Pontífice añadió que, si “la oración cristiana es tan
profundamente mariana, es porque en María de Nazaret vemos a uno de nosotros que
genera”. Ella es “nuestra esperanza”, aseguró. Nos parecemos a ella,
porque podemos generar la Palabra de Dios aquí abajo, transformar el grito que
escuchamos en un parto. Jesús quiere nacer de nuevo: podemos darle cuerpo y
voz. Este es el parto que la creación espera.
Esperar es
generar. Esperar es ver que este mundo se convierte en el mundo de Dios: el
mundo en el que Dios, los seres humanos y todas las criaturas vuelven a pasear
juntos, en la ciudad-jardín, la nueva Jerusalén. Que María, nuestra esperanza,
acompañe siempre nuestra peregrinación de fe y esperanza.
Fuente: Vatican News
