| Palestinos desplazados, que huyen del norte de Gaza, se desplazan hacia el sur (MAHMOUD ISSA). Dominio público |
Renuevo el llamamiento al alto el fuego, a la liberación de los
rehenes, a una solución diplomática negociada y al pleno respeto del derecho
internacional humanitario.
Desde la Plaza de San Pedro, la voz del Papa León XIV se abre
paso entre el estruendo de los bombardeos que, desde la medianoche de ayer, han
golpeado la ciudad de Gaza. En medio de lo que las fuerzas militares de Israel
han definido como la fase «final» para arrasar el enclave palestino con el
objetivo de aniquilar a Hamás y liberar a todos los secuestrados, con más de
100 víctimas ya confirmadas, 140 edificios alcanzados y unos 370 mil civiles
huyendo, el Papa, al término de la audiencia general, lanza su llamamiento por
«un amanecer de paz» en esta tierra martirizada.
Expreso mi
profunda cercanía al pueblo palestino de Gaza, que sigue viviendo en el miedo y
sobreviviendo en condiciones inaceptables, obligado por la fuerza a desplazarse
una vez más de sus propias tierras.
Alto el fuego, liberación de
rehenes, soluciones diplomáticas
Ayer mismo, al salir de su residencia en Castel Gandolfo,
respondiendo a una pregunta de los periodistas sobre el «éxodo» de Gaza, el
Pontífice manifestó toda su preocupación por los muchos que «no tienen adónde
ir», así como por los que quieren quedarse. El primero de ellos es el párroco
de la Sagrada Familia, el padre Gabriel Romanelli, con quien está en contacto
constante (la última llamada fue ayer por la mañana) y que, junto con las
hermanas de la comunidad parroquial, sigue permaneciendo junto a las aproximadamente
450 personas refugiadas en el complejo de la iglesia. «Hay que buscar realmente
otra solución», dijo ayer por la noche el Papa. Y hoy, en la audiencia, en una
plaza abarrotada, con tono firme y el ceño fruncido, indica las vías para una
posible solución: alto el fuego, liberación de los rehenes, diálogo y
negociaciones, respeto «integral» del derecho internacional humanitario.
Un amanecer
de paz y justicia
Casi
como una súplica de rodillas ante Dios y el mundo, el Papa León recuerda que
«toda persona tiene siempre una dignidad inviolable, que hay que respetar y
custodiar». Lo afirma «ante el Señor todopoderoso, que ha mandado "no
matarás", y ante toda la historia humanitaria». Una advertencia para estos
tiempos de brutalidad. De ahí surge una exhortación para todos los fieles y no
solo para ellos.
La
intercesión por la paz de San Estanislao Kostka
El
Papa también había invocado la paz poco antes, durante el saludo a los fieles
polacos. León XIV recordó la memoria litúrgica de mañana de San Estanislao Kostka,
joven jesuita polaco de 18 años, patrono de la Patria y de los jóvenes: él,
dijo, «sea ejemplo e inspiración para las nuevas generaciones de creyentes en
la búsqueda de la voluntad de Dios y en el valiente cumplimiento de su
vocación».
A
su intercesión encomiendo a Polonia y la paz en el mundo Antes de la bendición
final, el Papa, cuyo nombre de pila es Robert Francis Prevost, agradeció a
quienes lo felicitaron por su onomástica de hoy, festividad de San Roberto
Belarmino. Hubo numerosos carteles, entre los que destacaba el de un niño
levantado por encima de la multitud con la inscripción «¡Feliz onomástica!».
También lo felicitaron los locutores en los diferentes idiomas que se turnaron
en la lectura durante la audiencia.
Antes de
concluir, quisiera dar las gracias a todos ustedes por las felicitaciones que
me han expresado en este día de mi onomástica. ¡Muchas gracias!
Fuente: Vatican News