Si bien los purpurados deben mantener secreto sobre lo que se habla en las congregaciones generales anteriores al cónclave, pueden ofrecer su opinión a los medios. Estas son algunas declaraciones
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Francisco con el cardenal John Ribat, arzobispo de Port Moresby (Vatican Media). Dominio público |
Cualidades para afrontar los retos de la Iglesia
¿Cómo
debe ser el nuevo Papa? ¿Qué cualidades debe tener para afrontar los
actuales retos de la Iglesia? A estas preguntas están respondiendo en
estos momentos en las congregaciones generales los cardenales, ya sean o no
electores. Estas discusiones son sumamente útiles para preparar el cónclave que
comenzará el 7 de mayo.
Las discusiones en esas congregaciones
generales son secretas. Si bien no podemos saber lo que en ellas se discute,
nada impide a los cardenales compartir su opinión sobre el perfil que debería
caracterizar al futuro Papa.
Veamos cómo es el identikit que debería corresponder al próximo Papa a partir de las declaraciones que los cardenales están realizando en estos días a los medios de información.
La separación entre conservadores y
progresistas constituye
un instrumento pedagógico utilizado por los periodistas para tratar de
explicar al gran público las diferentes tendencias en el colegio cardenalicio.
Es una categorización que además corresponde a los esquemas políticos, lo que
permite al gran público poder comprender diferencias.
Si bien los cardenales deben mantener secreto sobre sus intervenciones en las congregaciones generales con las que preparan el cónclave, pueden ofrecer su opinión a los medios de información y proponer el perfil del Papa que, según ellos, necesita la Iglesia.
Cualidades para afrontar los retos de la Iglesia
¿Cómo
debe ser el nuevo Papa? ¿Qué cualidades debe tener para afrontar los
actuales retos de la Iglesia? A estas preguntas están respondiendo en
estos momentos en las congregaciones generales los cardenales, ya sean o no
electores. Estas discusiones son sumamente útiles para preparar el cónclave que
comenzará el 7 de mayo.
Las discusiones en esas congregaciones
generales son secretas. Si bien no podemos saber lo que en ellas se discute,
nada impide a los cardenales compartir su opinión sobre el perfil que debería
caracterizar al futuro Papa.
Veamos cómo es el identikit que debería corresponder al próximo Papa a partir de las declaraciones que los cardenales están realizando en estos días a los medios de información.
Conservadores y progresistas
La separación entre conservadores y
progresistas constituye
un instrumento pedagógico utilizado por los periodistas para tratar de
explicar al gran público las diferentes tendencias en el colegio cardenalicio.
Es una categorización que además corresponde a los esquemas políticos, lo que
permite al gran público poder comprender diferencias.
Profundidad
espiritual y santidad
El cardenal Jean Zerbo arzobispo emérito
Bamako, Mali, de
81 años, aclaraba en declaraciones a Crux Now:
“La Iglesia es de Cristo, no es un grupo, no es de Europa, no es de
África, no es de Asia. La Iglesia es para cada uno, Dios es para cada
uno”. Según el purpurado africano, no es posible encerrar a la Iglesia o
al futuro Papa en las categorías de conservador o progresista. “El Espíritu
Santo está en continuo movimiento, no debemos olvidarlo”.
Por este
motivo, hay un consenso generalizado en que la primera característica que debe
distinguir al próximo Papa es la profundidad espiritual y, si es posible, la
santidad. Esta
característica se presenta como un requisito fundamental e innegociable.
El cardenal John Ribat, arzobispo de Port Moresby, en Papúa Nueva Guinea, de 68 años, aseguraba este miércoles en declaraciones recogidas por el National Catholic Register que “la santidad personal es muy importante para el próximo Papa”.
Eliminar toda dureza innecesaria
Si bien
no es elector, pues ha cumplido lo 94 años, el cardenal Camillo Ruini, quien fue
obispo vicario de la diócesis de Roma y presidente de la
Conferencia Episcopal Italiana, en una nota publicada por el blog
del vaticanista Sandro Magister, presenta la bondad como
primera virtud necesaria en la guía del pastor de la
Iglesia.
“En
nuestro estilo de gobierno hay que eliminar toda dureza innecesaria, toda
mezquindad y toda dureza de corazón”, indica el purpurado italiano. En este
sentido, añade, hace falta un hombre de “mucha oración”.
Este
mensaje lo ha recogido un informe de la agencia Associated
Press, publicado el 30 de abril, comienza con en forma de anuncio de
trabajo: “Se busca: hombre santo. Descripción del puesto: dirigir la
Iglesia católica, con 1.400 millones de fieles. Lugar de trabajo: Ciudad del
Vaticano”.
El papel
del Papa, como sucesor de Pedro, es ante todo y sobre todo el de ser
símbolo de unidad en la Iglesia. Esta misión, en
medio de las divisiones que hoy experimenta la Iglesia, constituye la prioridad
que han subrayado algunos de los cardenales en sus declaraciones a la prensa.
El cardenal Vincent Nichols, de 79 años,
arzobispo de Westminster en el Reino Unido, en declaraciones
también publicadas por Associated
Press, reconocía que “el papel del Papa consiste esencialmente
en mantenernos unidos”.
El
purpurado británico hacía de este modo mención implícita a aquella famosa
expresión de san Ireneo de Lyon, quien en el siglo II, en su obra Adversus
Haereses (Contra las herejías), destacaba la importancia de la
Iglesia de Roma en la preservación de la unidad de la fe.
En este sentido el cardenal Ribat ha utilizado una expresión muy visual. Refiriéndose al nuevo Papa ha afirmado: “Debe ser alguien abierto y controlador, no en el mal sentido, sino en el sentido de mantenernos unidos, avanzando juntos en armonía”.
“Espero
a alguien sencillo y humilde. Un pontífice que socave las
luchas de poder dentro de la Iglesia”, ha dicho, en
declaraciones recogidas por Clarín, el
cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo emérito de Tegucigalpa, quien
no participará en el cónclave por haber superado la edad.
En su
análisis el cardenal Ruini considera que en
el pontificado de Francisco se han “experimentado algunas amenazas, que no
querría exagerar, contra la unidad y la comunión de la Iglesia”. Por este
motivo, considera que el próximo Papa debe gobernar con “caridad”, pero al
mismo tiempo debe dejar claro que la Iglesia “como todo cuerpo social, tiene
sus reglas, que nadie puede ignorar impunemente”.
Por su
parte, el cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich, aclara a Reuters que
buscar un perfil de promotor de la unidad no tiene nada que ver con el perfil
de un “funcionario”.
También el
cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, prefecto emérito de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, en una entrevista
televisiva ha explicado que el próximo Papa debe unir
las divisiones en la Iglesia, pues existe el riesgo incluso de un cisma.
“Los riesgos
de un cisma se dan siempre que la ideología se mete dentro de la Iglesia,
en vez del único Evangelio de Jesucristo, que une a todos con la fe”, aclara.
Muchos
cardenales expresan el deseo de continuar el enfoque pastoral de
Francisco. El cardenal
Ángel Sixto Rossi, de 66 años, arzobispo de Córdoba en
Argentina, ha deseado que los cardenales busquen en el sucesor de Francisco
el mensaje “de la misericordia, la cercanía, la caridad, la ternura y la fe”.
El cardenal
Zerbo recuerda la importancia que dio el Papa Francisco “a los más necesitados
y compartió su situación”.
Algunos
cardenales consideran que el próximo Papa tendrá que armonizar el corazón
pastoral con la fidelidad al Magisterio de la Iglesia.
La tensión
entre enfoque pastoral y fidelidad doctrinal parece ser uno de
los debates centrales entre cardenales en preparación del cónclave. No se
trata simplemente de doctrina abstracta, sino de cómo se aplica pastoralmente,
especialmente en relación con temas controvertidos como las personas LGBTQ+, las
parejas en situación irregular, y la fidelidad litúrgica.
La necesidad
de una evangelización efectiva en el mundo moderno es un tema
recurrente. El cardenal Mauro Gambetti, arcipreste de la
Basílica de San Pedro del Vaticano, explicó en la homilía de la
Misa de sufragio por el Papa Francisco, este martes, que la
evangelización implica la “apertura sin reservas” hacia los demás.
El papel del
Papa como promotor de la paz se destaca, especialmente dados los conflictos
globales actuales. El Cardenal Maradiaga quiere un Papa que sea una “referencia
para la paz en el mundo”.
Se desea,
implícita y explícitamente, una visión global que supere el
eurocentrismo, reflejando los cambios demográficos de la Iglesia.
El Cardenal Zerbo rechaza las divisiones nacionalistas,
afirmando que “la Iglesia es para toda la humanidad”.
Jesús Colina
Fuente: ReligiónConfidencial