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El Papa León XIV recibió en audiencia en el Vaticano a los miembros de las OMP. Crédito: Vatican Media. Dominio público |
Destacó en particular el apoyo brindado a los programas pastorales, la construcción de nuevas iglesias, la asistencia sanitaria o la formación cristiana para los niños, además de atender sus necesidades básicas “y velar por su protección”.
Para el Papa León XIV, “la promoción del celo apostólico en el Pueblo de Dios sigue siendo un aspecto esencial de la renovación de la Iglesia, tal como la concibió el Concilio Vaticano II, y es aún más urgente en nuestros días”.
“Nuestro mundo —continuó el Pontífice—, herido por la guerra, la violencia y la injusticia, necesita escuchar el mensaje evangélico del amor de Dios y experimentar el poder reconciliador de la gracia de Cristo”.
En este sentido, remarcó que la Iglesia misma, y todos miembros, “está llamada cada vez más a ser una Iglesia misionera, que abre los brazos al mundo, que anuncia la Palabra y que se convierte en fermento de concordia para la humanidad”.
El Santo Padre
reiteró que “estamos llamados a llevar a todos los pueblos, más aún, a todas
las criaturas, la promesa evangélica de una paz verdadera y duradera”, algo que
es posible puesto que el Señor ha vencido al mundo.
Reiteró la importancia de “fomentar un
espíritu de discipulado misionero en todos los bautizados”, destacando también
la “urgencia en llevar a Cristo a todos los pueblos”.
También agradeció a las OMP por el esfuerzo que realizan cada
año para promover la Jornada Mundial de las Misiones el penúltimo domingo de
octubre.
A continuación, señaló que “la Iglesia, guiada por el Espíritu
Santo, prosigue su camino a lo largo de la historia con confianza, alegría y
valentía, mientras proclama el nombre de Jesús y la salvación que nace de
la fe en la verdad salvífica del Evangelio”.
León XIV dirigió más tarde una
petición a los directores nacionales: dar “prioridad a las visitas de las
diócesis, parroquias y comunidades”, para ayudar a los fieles a reconocer “la
importancia fundamental de las misiones” y apoyar los que están en aquellas
áreas “de nuestro mundo donde la Iglesia es joven y está creciendo”.
Para el Pontífice, la comunidad y la universalidad son dos
elementos “distintivos de la identidad” de las OMP, por ello les exhortó a
“cultivar y promover en sus miembros la visión de la Iglesia como comunión de
creyentes, animada por el Espíritu Santo” que nos hace entrar en la “armonía de
la Santísima Trinidad”.
El
Papa León XIV compartió que esta “dimensión cristiana de nuestra vida y misión
la llevo en mi corazón, y se refleja en las palabras de San Agustín que elegí
para mi servicio episcopal y para mi ministerio pontificio, In
Illo uno unum: ‘Cristo es nuestro Salvador y en Él somos uno’, la
familia de Dios, más allá de la rica variedad de nuestras lenguas,
culturas y experiencias”.
El tomar conciencia de la comunión como miembros del Cuerpo de
Cristo, precisó a continuación, “nos abre naturalmente a la dimensión
universal de la misión evangelizadora de la Iglesia, y nos inspira a ir más
allá de los confines de nuestras propias parroquias, diócesis y naciones, para
compartir con toda nación y pueblo la sobreabundante riqueza del
conocimiento del Señor Jesús”.
Por último, invitó a las OMP a que la
unidad y universalidad de la Iglesia inspire el proceso de renovación de sus
estatutos, un proceso que “confirmará en su vocación de ser fermento de celo
misionero dentro del Pueblo de Dios a los miembros de las Obras en todo el
mundo”.
El Papa concluyó su discurso invitándoles a experimentar la
esperanza durante el Año Jubilar y a seguir siendo “misioneros de
esperanza entre todos los pueblos”.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI