El Papa
Francisco aprobó este lunes el reconocimiento de las "virtudes
heroicas" del arquitecto español Antoni Gaudí (1852-1926), según informó
la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
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Izq: Sagrada Familia en Barcelona © Nobilior Images via Canva.com / Der: Antoní Gaudí - Dominio Público |
Los trámites del proceso de su beatificación iniciaron con la
conformidad de la Santa Sede, en Barcelona el 12 de abril de 2000. En la ciudad
condal falleció el 7 de junio de 1926 tras ser atropellado por un tranvía en la
Gran vía barcelonesa.
Gaudí fue enterrado en la cripta de la Sagrada Familia a la que
dedicó los últimos catorce últimos años de su vida, en los que rechazó
cualquier otro proyecto.
De los tres frontales realizó uno, dedicado a la Natividad. El
segundo, dedicado a la Pasión de Cristo, se realizó sobre diseños de Gaudí tras
su muerte. El tercero, la Gloria, está aún por realizar.
Gaudí confesaba ser católico por educación y por convicción. “La
fe en Dios me ayuda, me consuela y me da fuerzas en las situaciones delicadas”,
afirmó en una ocasión.
Apasionado por la perfección, vivió heroicamente las virtudes
cristianas, intentando dar gloria a Dios mediante su obra. Cada día, después de
Misa, buscaba con serenidad el breve contacto con la naturaleza, verdadera
causa de su inspiración.
Trabajador infatigable, convencido del espíritu franciscano,
buscaba en la naturaleza el Espíritu de Dios. Su arquitectura, única en el
mundo, ha quedado reflejada en numerosos ejemplos en Barcelona: el Palacio
Güell, Casa Milá, Balcones de la Pedrera, Escuelas de la Sagrada Familia y la
finca Güell en la Avenida de Pedralbes, donde jugó con cristales y azulejos,
combinados con inteligencia.
Su devoción mariana ha quedado plasmada en el edificio de las
misiones africanas de Tánger, y el Rosario en la Montaña de Montserrat. La
huella de Gaudí también está presente en el monasterio benedictino de
Villaricos, en Cuevas de Vera (Almería), y en el colegio de Jesús María, en San
Andrés del Palomar.
Por Victoria Cardiel
Fuente:
ACI