Aunque la elección final es guiada por el Espíritu Santo y puede deparar sorpresas, es natural que surjan especulaciones sobre quiénes podrían asumir el liderazgo de la Iglesia católica en el futuro
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David Díaz |
En el complejo
y reservado proceso de elección de un nuevo Papa, ciertos cardenales emergen
como figuras prominentes, considerados por su trayectoria, influencia y
alineación con las necesidades actuales de la Iglesia. Aunque la elección
final es guiada por el Espíritu Santo y puede deparar
sorpresas, es natural que surjan especulaciones sobre quiénes podrían asumir el
liderazgo de la Iglesia católica en el futuro. A continuación, se presentan
algunos de los cardenales que, por diversas razones, son mencionados en conversaciones
y análisis como posibles sucesores al trono de San Pedro.
Actualmente, el
Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 miembros, de los cuales 138
son electores con derecho a voto en el próximo no h cónclave, al ser
menores de 80 años. Su composición refleja la diversidad geográfica y cultural
de la Iglesia, con una notable presencia de cardenales creados por el propio
Francisco, quien en vida nombró a 149, marcando una diferencia
significativa con sus predecesores Benedicto XVI (62) y Juan Pablo II (41).
Este factor podría influir en la elección de un sucesor que continúe con su
legado pastoral y doctrinal.
En este
contexto, emergen varios nombres de cardenales considerados «papables», es
decir, con potencial para asumir el rol de Cabeza de la Iglesia. Estos prelados
destacan por su trayectoria, carisma y alineación con las actuales directrices
vaticanas. A continuación, se presentan algunos de los principales candidatos
que podrían ser considerados en un futuro cónclave.
Cardenal
Pietro Parolin (70 años, Italia)
Actual
secretario de Estado del Vaticano, Parolin es reconocido por su habilidad
diplomática y su papel central en la gestión de los asuntos internos y externos
de la Santa Sede. Su experiencia en relaciones internacionales y su moderación
lo posicionan como un candidato capaz de mantener la continuidad y estabilidad
en la Iglesia.
Cardenal
Matteo Zuppi (69 años, Italia)
Presidente
de la Conferencia Episcopal Italiana y miembro de la Comunidad de
Sant'Egidio, movimiento internacional de laicos que se basa en la oración, los
pobres y la paz, Zuppi es conocido por su enfoque pastoral cercano y su
compromiso con causas sociales. Recientemente, el Papa Francisco le encomendó
una misión de paz en Ucrania, destacando su capacidad para mediar en conflictos
complejos.
Cardenal
Pierbattista Pizzaballa (59 años, Italia)
Patriarca
Latino de Jerusalén, Pizzaballa se presenta como uno de los 'candidatos'
papables más jóvenes. Su nombre ha resonado con más fuerza desde que estalló la
guerra Israel-Gaza el pasado 7 de octubre de 2023 y desde que expresó su
disposición a ofrecerse como intercambio a Hamás para liberar a los niños
israelíes secuestrados y retenidos en Gaza.
Cardenal
Luis Antonio Tagle (67 años, Filipinas)
Prefecto de la
Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Tagle representa a
la creciente comunidad católica asiática. Su carisma y experiencia
pastoral en contextos diversos lo hacen un candidato atractivo para aquellos
que buscan una Iglesia aún más abierta y representativa a nivel global.
Cardenal
Péter Erdő (72 años, Hungría)
Arzobispo de
Budapest y destacado teólogo, Erdő ha jugado un papel importante en el diálogo
ecuménico, especialmente con las iglesias ortodoxas. Su liderazgo durante
eventos internacionales, como el Congreso Eucarístico Internacional de
Budapest en 2021, demuestra su capacidad para unir a diferentes comunidades
de fe.
Cardenal
Michael Czerny (78 años, Canadá)
Prefecto del
dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Czerny ha sido una
voz prominente en temas de justicia social, migración y medio ambiente. Aunque
su edad se aproxima al límite para ser elector, su dedicación a las causas
humanitarias resuena con la visión de una Iglesia comprometida con los
marginados.
Cardenal
Cristóbal López (72 años, España)
Arzobispo de
Rabat, López Romero ha trabajado extensamente en contextos
interreligiosos, especialmente en países de mayoría musulmana. Su
experiencia en el diálogo interreligioso y su enfoque pastoral en comunidades
minoritarias aportan una perspectiva valiosa en un mundo cada vez más plural.
Cardenal
Robert Sarah (79 años, Guinea)
Aunque se
acerca al límite de edad para ser elector, Sarah, ex Prefecto de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es es
toda una celebridad en la Iglesia por ser un bestseller de
libros espirituales. Además, es conocido por su defensa del cuidado de la
liturgia y los sacramentos como respuesta al olvido de Dios de la sociedad
actual. Su liderazgo podría atraer a aquellos que buscan una reafirmación de
las tradiciones doctrinales de la Iglesia.
Cardenal
Fridolin Ambongo (65 años, República Democrática del Congo)
Entre los
líderes africanos, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa,
se destaca como una figura influyente en la Iglesia. Con un prestigio
consolidado en su país, marcado por las secuelas de una prolongada guerra
civil, el cardenal Ambongo forma parte del Consejo de Cardenales. Es un
candidato interesante, especialmente considerando la creciente
persecución religiosa que atraviesa su continente, donde, a pesar de todo,
las vocaciones religiosas continúan en aumento en contraste con la tendencia
decreciente de Europa, según los últimos informes de la Agencia Fides.
Cardenal
Jean-Marc Aveline (66 años, Francia)
El cardenal
Jean Marc Aveline ha ganado visibilidad internacional gracias a su papel clave
en la cumbre de las conferencias episcopales mediterráneas, lo
que ha aumentado su perfil como posible candidato papal. Su enfoque pragmático
y su capacidad para generar consenso en un contexto político y social complejo
lo hacen atractivo como líder eclesiástico. Aveline, que mantiene una profunda
conexión con su historia personal como hijo de emigrantes, ha demostrado una
gran fidelidad a los valores cristianos, siendo respetado tanto dentro como
fuera de la Iglesia.
El Espíritu
Santo da el veredicto final
La publicación
de posibles candidatos al papado genera un debate que, más allá de los nombres
mencionados, puede revelar un cierto trasfondo ideológico en torno a la dirección
futura de la Iglesia. Al dividir a los cardenales entre aquellos que pueden
parecer más 'conservadores' o 'progresistas', se corre el riesgo de reducir un
proceso trascendental a una mera lucha de tendencias dentro de la Iglesia,
pasando por alto la profunda unidad que debería existir en el Cuerpo de Cristo,
tal y como se remarca en las palabras de Benedicto XVI sobre la continuidad del
catolicismo.
A lo largo de
este análisis, surgen figuras que, según su enfoque pastoral y
teológico, parecen representar direcciones opuestas para la Iglesia del
futuro. Sin embargo, es fundamental recordar que, como lo señaló el Papa
alemán, no existen dos Iglesias, una «pre» o «post» conciliar, sino una sola,
que avanza en la misma misión de proclamar el Evangelio. Las divisiones
ideológicas, aunque reflejan visiones legítimas de la fe, no pueden oscurecer
la esencial unidad que debe prevalecer en la Iglesia.
Al final, más
allá de las especulaciones y listas de «papables», la elección del
próximo Papa está guiada por la voluntad del Espíritu Santo, quien
dirige los destinos de la Iglesia. Las aproximaciones sobre quién podría ser el
próximo Papa no son más que aproximaciones, y solo el Espíritu, actuando a
través de los cardenales, sabrá señalar al sucesor de Pedro en el momento
adecuado, sin que las ideologías prevalezcan sobre la misión de unidad
y comunión que ha caracterizado siempre a la Iglesia católica.
María Rabell García
Corresponsal en
Roma y El Vaticano
Fuente: El Debate