INAUGURAN UNA GRAN IGLESIA A ORILLAS DEL RÍO JORDÁN, DONDE SUCEDIÓ EL BAUTISMO DE JESÚS

El conjunto histórico del lugar del bautismo fue identificado y clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace unos 20 años

Crédito: P. John D'Orazio

Una gran iglesia construida a las orillas del río Jordán, en el lugar donde sucedió el bautismo de Jesús, fue inaugurada el 10 de enero por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, en el marco de su visita a Jordania.

La dedicación de la iglesia del Bautismo de Cristo ha sido un acontecimiento de gran importancia simbólica, tanto espiritual como diplomática, por la determinación del reino hachemita de establecerse como un punto de parada esencial para los peregrinos a Tierra Santa, que cada vez son más reacios a viajar a una región desgarrada por conflictos geopolíticos y étnico-religiosos.

“Tantos acontecimientos y personajes bíblicos confluyen aquí que podríamos decir que este lugar acoge toda la espera del Antiguo Testamento en cuanto a la venida de Cristo, manifestación del Padre”, afirmó el Cardenal en la ceremonia de consagración del altar, a la que también asistieron el Patriarca Latino de Jerusalén, Cardenal Pierbattista Pizzaballa; y el príncipe Ghazi bin Muhammad, nieto del rey Talal de Jordania y primo del rey Abdullah II de Jordania.

La construcción comenzó tras la donación en 2003, por parte del rey, de un terreno de 30.000 metros cuadrados en las afueras del sitio histórico de Al-Maghtas (también conocido como Betania del otro lado del Jordán, en la región de Qafra), y culminó justo a tiempo para el Jubileo 2025.

Una de las iglesias más grandes de Oriente Medio

El conjunto histórico del lugar del bautismo fue identificado y clasificado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hace unos 20 años. Desde entonces ha sido objeto de importantes trabajos de mejora llevados a cabo por las autoridades jordanas y transformado en un parque turístico natural que todavía está en expansión.

Gestionada por la Congregación del Verbo Encarnado (IVE), la nueva iglesia tiene una superficie de aproximadamente 2.200 metros cuadrados y en la actualidad es una de las más grandes de Oriente Medio, junto con el Santo Sepulcro de Jerusalén y la Basílica de la Natividad de Belén.

Es el fruto de varios años de colaboración entre el Patriarcado Latino de Jerusalén y el arquitecto jordano Nadim Muasher, miembro de la Orden del Santo Sepulcro. Benedicto XI colocó la primera, junto con el rey Abdullah II, durante su visita a Jordania en 2009. El proyecto también recibió un millón de euros del gobierno húngaro a través de su programa “Hungría ayuda”, diseñado para apoyar a las comunidades cristianas en dificultades en todo el mundo.

La iglesia fue construida en “tafouhi”, una piedra amarillenta de Hebrón en Cisjordania, mientras que sus vidrieras fueron hechas en el Líbano en un estilo que pretendía parecerse al de la catedral medieval de Chartres en Francia. El altar alberga las reliquias de San Juan Pablo II y de los Santos Mártires de Damasco. A la ceremonia asistieron unos 6.000 fieles, incluidos unos 1.000 en el interior del edificio. Entre ellos había aproximadamente 100 sacerdotes y 15 obispos de varios países.

Renovar nuestro bautismo

El Cardenal Parolin centró su homilía en el misterio de un Dios que eligió ofrecerse como sacrificio por la salvación de la humanidad. Haciendo una analogía con el hecho de que esta región jordana está considerada como el punto geográfico más bajo del mundo, el purpurado dijo que “es precisamente aquí donde Dios ha venido a nuestro encuentro, como para reunir en su abrazo también a los que venían de lejos” y que “la providencia de Dios ha querido también que la Iglesia que hoy consagramos comparta el mismo eje que la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén”.

Recordó que el bautismo marca “el inicio de la vida inmortal en nosotros” y por ello invitó a que esta iglesia se convierta en “un lugar privilegiado para que todos los creyentes renueven su propio bautismo y su compromiso”, especialmente durante el Jubileo 2025.

La nueva iglesia ha sido designada como lugar de peregrinación para los creyentes, que podrán recibir una indulgencia plenaria durante las celebraciones del Año Santo.

El purpurado afirmó que su presencia es “un signo tangible de cercanía” de la Iglesia universal con las comunidades cristianas de Oriente Medio, especialmente en el contexto del conflicto palestino-israelí que se está librando al otro lado del río Jordán desde octubre de 2023.

“Quiero animar a todos a no dejarse abrumar por las graves dificultades del tiempo presente y a confiar en que Dios guía la historia humana, por mucho que lleve las cicatrices de la violencia, el pecado y la muerte”, expresó la autoridad vaticana.

Haciéndose eco de su posterior llamamiento a la paz y a la liberación de prisioneros y rehenes, el Cardenal Pizzaballa instó por su parte a rezar por “todos los que sufren en sus países debido a la falta de seguridad, estabilidad y paz”, subrayando que Jordania es una excepción en la región.

Esfuerzos para preservar el patrimonio cristiano

Jordania, donde el 97% de la población es musulmana y que cuenta con numerosos lugares de peregrinación bíblica, ha soportado el peso de los conflictos en curso, viendo cómo el número de turistas se reducía casi un 70% durante el año pasado.

“Dedicamos esta iglesia para que esté al servicio de los ciudadanos jordanos en primer lugar y para servir a la gente de la región árabe que hace peregrinaciones a Jordania”, dijo el Cardenal Pizzaballa en una conferencia de prensa antes de la Misa, asegurando que “Jordania es un país seguro y estable”.

El purpurado también animó a los cristianos jordanos —2,1% de la población y que históricamente han formado una élite socioeconómica— a no emigrar. Por su parte, las autoridades hachemitas se han involucrado en una serie de ambiciosos proyectos de restauración y valorización del patrimonio, confiando en que sirvan para hacer del reino una parada esencial para los peregrinos a Tierra Santa.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.

Por Solène Tadié

Fuente: ACI Prensa