Francisco, antes de la oración mariana en la Epifanía del Señor, exhorta reconocer a Jesús cerca de nosotros, en la Eucaristía, en los pobres, en los abandonados, en los encarcelados, porque dando un poco de nuestro tiempo y energías a Dios y al prójimo, podremos encontrar consuelo consolando, alivio aliviando, y dar sentido a nuestra existencia.
Papa Francisco en el rezo del Ángelus. Vatican News. |
El Santo Padre invitó a prestar atención a un hecho "un
poco extraño": mientras aquellos Reyes Magos vienen de lejos para
encontrar a Jesús, los que están cerca no dan un paso hacia la gruta de
Belén".
"Atraídos
y guiados por la estrella, los Magos afrontan enormes gastos, ofrecen su tiempo
y aceptan los riesgos e incertidumbres que nunca faltaban en aquellos días. Sin
embargo, superan todas las dificultades para llegar a ver al Rey Mesías.
Ellos
saben, afirma el Pontífice que está sucediendo algo único en la historia de la
humanidad y no quieren faltar a la cita.
En cambio, los que
viven en Jerusalén, que deberían ser los más felices y los más dispuestos a
llegar pronto, se quedan quietos.
El Papa
explica que los sacerdotes y teólogos interpretan correctamente las Sagradas
Escritura, porque estos dan indicaciones a los Magos sobre dónde encontrar al
Mesías, pero no se mueven de sus «cátedras». Están satisfechos con lo que
tienen y no emprenden la búsqueda, no creen que merezca la pena salir de
Jerusalén, acompañar a los Magos hasta Belén, aunque sólo sean unos pocos
kilómetros.
"¿ A qué categoría pertenecemos hoy?"
De allí la
invitación de Francisco a reflexionar sobre estas dos actitudes, "¿a qué
categoría pertenecemos hoy?".
¿Nos parecemos más a
los pastores, que van de prisa a la gruta aquella noche, y a los Magos de
Oriente, que parten confiadamente en busca del Hijo de Dios hecho hombre? ¿O
somos más como aquellos que, aunque físicamente muy cerca de Él, no abren las
puertas de su corazón y de su vida, y permanecen cerrados e insensibles a la
presencia de Jesús?
Al afirmar que Dios vino a nuestro encuentro, salvó por
amor la inmensa distancia que lo separaba de nosotros, fue «nacido de mujer»,
pequeño y necesitado de todo, Francisco planteó nuevas preguntas: ¿Y
nosotros? ¿Salimos a su encuentro, intentamos conocerlo, o seguimos nuestro
camino, como si nada?
El Papa concluyó invitando a todos a pedir "a la Virgen
María que nos ayude, para que, a imitación de los pastores y de los Reyes
Magos, sepamos reconocer a Jesús cerca de nosotros, en la Eucaristía, en los
pobres, los abandonados, los encarcelados y , donando un poco de nuestro tiempo
y de nuestras energías a Dios y a los demás, podemos encontrar consuelo
consolando, podemos encontrar alivio aliviando, podemos encontrar sentido a
nuestra existencia convirtiéndonos en signo de esperanza para quienes encontramos".
Fuente: Vatican News