Según Francisco, el crédito bien orientado puede impulsar la integración económica y social de las comunidades más vulnerables
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El Papa
Francisco recibió esta mañana en audiencia, en la Sala Clementina del Palacio
Apostólico, a cuatrocientos representantes de directivos y empleados de
diversos Institutos bancarios italianos a quienes ofreció una reflexión sobre
las finanzas y su impacto en la sociedad
En su discurso
dirigido a unos cuatrocientos representantes de diversos Institutos bancarios
italianos, Banca Etica, Banca di Credito Cooperativo Abruzzi e
Molise y Banca di Credito Cooperativo Campania Centro, a
quienes recibió esta mañana en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el
Papa subrayó el papel fundamental de la economía y las finanzas en la
construcción de una sociedad más justa e inclusiva. Y reflexionó sobre las
potencialidades y contradicciones del sistema financiero actual, destacando la
importancia de regresar a prácticas que prioricen el bienestar de las personas
sobre el lucro desmedido.
Un legado de
inclusión financiera
El Santo Padre
recordó cómo, desde el siglo XV, la Iglesia ha promovido iniciativas bancarias
con un enfoque solidario. Los Montes de piedad, creados por los franciscanos,
ofrecieron crédito a personas necesitadas, ayudando a superar la exclusión
económica. Durante los siglos XIX y XX, inspirados por la encíclica Rerum
novarum, sacerdotes y laicos desarrollaron cajas rurales y bancos
cooperativos que fortalecieron la agricultura, la industria y el comercio en
Italia. Estas experiencias históricas, según Francisco, demuestran que el
crédito bien orientado puede impulsar la integración económica y social de las
comunidades más vulnerables.
Sobre el
sistema financiero globalizado
El Papa lamentó
las prácticas actuales de ciertas instituciones financieras, que han perdido su
conexión con la vida cotidiana de las personas: Enfoque exclusivo en el
beneficio: Las multinacionales que priorizan el lucro deslocalizan
actividades, explotando a trabajadores y afectando a comunidades enteras. Prácticas
usureras: Algunos bancos excluyen a quienes más necesitan crédito,
favoreciendo únicamente a quienes tienen mayores garantías. Desarraigo
territorial: Al desviar fondos de las comunidades locales hacia zonas
más lucrativas, los bancos abandonan a las personas y fomentan desigualdades.
Todas estas actitudes, señaló el Pontífice, conducen a lo que denominó una
“economía incivil”, contraria al propósito original de las finanzas.
Finanzas
éticas
El Santo Padre
subrayó asimismo que las finanzas saludables deben actuar como el “sistema
circulatorio” de la economía, promoviendo una distribución justa de los
recursos para evitar “infartos sociales”. Entre las prioridades que mencionó
destacan: Fomentar la inclusión financiera: Brindar apoyo a
quienes enfrentan dificultades económicas. Evitar la especulación y la
usura: Adoptar prácticas que beneficien al medio ambiente, la paz y el
desarrollo humano integral. Actuar con transparencia: Reforzar
la confianza a través de un manejo ético y responsable.
El Jubileo:
un llamado a perdonar deudas
El Papa
relacionó el próximo Año Jubilar con la necesidad de perdonar deudas,
especialmente aquellas que afectan a los más pobres. Este acto, afirmó, puede
generar esperanza y permitir un futuro más digno para quienes han sido
marginados. Citó asimismo a don Primo Mazzolari, destacando que la justicia
social sólo se alcanza cuando todos asumen su responsabilidad en el bien común:
eludir este deber debe considerarse deshonesto y reprochable.
Un mensaje
de esperanza
Para concluir,
el Santo Padre instó a los bancos a ser portadores de esperanza. Su rol,
afirmó, no debe limitarse a la intermediación financiera, sino que debe
contribuir a construir una sociedad más equitativa. Y finalizó su discurso con
una bendición a los presentes extensiva a sus seres queridos y pidiendo que
recen por él, subrayando la importancia de trabajar juntos hacia un mundo más
justo y solidario.
Fuente: Vatican News