Descubre el profundo significado de la Corona de Adviento, aprende a armarla con un presupuesto ajustado y conoce las oraciones para cada domingo en esta guía detallada.
Corona de las luces de Adviento | Crédito: Canva Pro. Dominio público |
1.- ¿Qué es la
corona de adviento?
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El Bendicional, libro oficial para las
bendiciones en la Iglesia Católica, señala que la Corona de Adviento, también
llamada “Corona de las luces de Adviento”, es un signo que “expresa la alegría
del tiempo de preparación a la Navidad”.
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Además,
es “un símbolo de la esperanza de que la luz y la vida triunfarán sobre las
tinieblas y la muerte”.
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La
luz representa a Cristo, luz del mundo, y aleja el miedo.
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El
verde de la corona hace referencia a la vida y esperanza.
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El
morado es símbolo de preparación y conversión.
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El
encendido semanal de las velas indica el avance gradual hacia la plena luz de
la Navidad.
2.-
¿Cómo armar la corona de adviento en 5 pasos y con bajo presupuesto?
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Conseguir
materiales: cartón, tijera, guirnalda verde, pegamento, 3 velas moradas y una
rosada, un listón rojo.
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En
el cartón dibujar un círculo, según el tamaño que se desea, y cortarlo.
Teniendo en cuenta la anchura de la guirnalda, cortar otro círculo al interior
del molde. Quedará un círculo de cartón con un hueco redondo en el medio.
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Pegar
la guirnalda en el cartón. Hacer un lazo con el listón rojo y pegarlo al cartón
en uno de los lados del círculo.
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Colocar
las 4 velas dentro del círculo.
3.-
¿Dónde colocar la corona de adviento?
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En
los templos, la corona de adviento se suele colocar a un lado del altar o en un
lugar visible para que todos los fieles la aprecien.
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Del
mismo modo, en las casas la corona de Adviento debe estar en un lugar especial.
Puede ser en la sala principal, cerca de donde la familia acostumbra rezar o al
costado del pesebre.
4.-
Bendición oficial de la corona de Adviento
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El Bendicional presenta un rito de
bendición para hacerla en familia. Hay que tener en cuenta que cuando se indica
“el ministro”, éste puede ser un sacerdote o diácono o un integrante de la
familia.
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El ministro, al comenzar la
celebración, dice: Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
·
Todos responden: Que hizo
el cielo y la tierra.
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Monición introductoria: Al comenzar el
nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con que inauguramos también el
tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo.
Su color verde significa la vida y la esperanza. El encender, semana tras semana,
los cuatro cirios de la corona debe significar nuestra gradual preparación para
recibir la luz de la Navidad.
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Uno de los presentes, o el mismo
ministro, lee un breve texto de la sagrada Escritura, por ejemplo: “¡Levántate,
brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!”
(Isaías 60, 1).
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Luego el ministro, si es sacerdote o
diácono, con las manos extendidas, si es laico, con las manos juntas, dice la
oración de bendición:
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Oremos. La tierra, Señor, se alegra en estos días, y
tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz
esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la
ignorancia, del dolor y del pecado. Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo
ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, pues, que vamos a empezar el tiempo de preparación para la venida de tu
Hijo, te pedimos, Señor, que, mientras se acrecienta cada día el esplendor de
esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de
aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades. Él que
vive y reina por los siglos de los siglos.
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R. Amén.
Y se enciende el cirio que corresponda según la
semana de Adviento.
5.-
El orden para encender las velas de la corona de Adviento
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La primera vela morada se enciende en el
primer domingo de Adviento. Se puede iluminar entonando un canto. Para este
día se propone la
siguiente oración.
Encendemos,
Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al
encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana del Adviento queremos
levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas
sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos
y vigilantes, porque tú nos traes la luz más clara, la paz más profunda y la
alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven, Señor Jesús!
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La segunda vela morada se prende en el
segundo domingo de Adviento. A continuación la oración propuesta para este día.
Los
profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo,
encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando, florece el
desierto. La humanidad entera se estremece porque Dios se ha sembrado en
nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que
brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón
encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!
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En el tercer domingo de Adviento, llamado domingo de gaudete
(palabra en latín que significa alégrense), se enciende la vela de color rosa
que simboliza la alegría de que la Navidad se acerca. La oración para este día
es la siguiente.
En
las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la
buena noticia: El Señor va a llegar. Preparen su alma como una novia que se
embellece el día de su boda. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de
nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, Señor, llama para que
calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos! ¡Envuélvenos en tu luz, enciéndenos en tu
amor!
·
En el cuarto domingo de Adviento, se ilumina la última vela
morada y se puede rezar la siguiente oración.
Al
encender estas cuatro velas, en el último domingo, pensamos, Señor, en Santa
María, ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más
ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te
sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos
encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en
la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven a
salvarnos!
NOTA: La corona de Adviento se puede retirar
en el atardecer del 24 de diciembre, momento en que concluye el Adviento e
inician las primeras vísperas del 25.
Por Abel Camasca
Fuente: ACI