En el Ángelus de este domingo, el Papa Francisco recordó que Jesús es un Rey que no es “de este mundo”, ya que su poder no se basa en el dominio, sino “en su palabra verdadera” que “transforma el mundo”.
El Papa Francisco. | Crédito: Fabrizio Maffei / Shutterstock |
El Santo Padre subrayó que “es la voz del Rey del universo, que
nos salva”.
Previo al rezo del Ángelus, Francisco reflexionó sobre el
Evangelio de Juan (18,33-37), donde Jesús dialoga con Poncio Pilato antes de su
crucifixión. En este pasaje, el Santo Padre profundizó en dos palabras que,
según explicó, adquieren un nuevo significado a través de la figura de Cristo:
rey y mundo.
Un rey diferente
“El poder real de Jesús, el Verbo encarnado, está en su palabra
verdadera, en su palabra eficaz, que transforma el mundo”, afirmó. En su
homilía, el Papa Francisco destacó cómo Pilato entendía la realeza desde una
perspectiva terrenal, pero Jesús redefine este concepto. “Jesús es rey por ser
testigo: es Aquel que dice la verdad”, subrayó.
El Pontífice también recordó que el reino de Cristo no se basa
en el sometimiento, sino en el amor y la entrega. “El mundo del que Jesús es
Rey rescata la creación arruinada por el mal con la fuerza precisamente del
amor divino”, afirmó. Y añadió: “Jesús salva la creación, porque Jesús libera,
Jesús perdona, Jesús da paz y justicia”.
Un mundo transformado por el amor divino
La segunda palabra central en la reflexión del Papa fue mundo.
Mientras que el mundo de Pilato está regido por la fuerza y el poder, el mundo
de Jesús, explicó Francisco, es completamente distinto. “El mundo de Pilato es
aquel donde el fuerte vence sobre el débil, el rico, sobre el pobre, el
violento, sobre el manso... Jesús es Rey, pero su reino no es de este mundo”.
El Papa invitó a los fieles a examinar su propia vida a la luz
del reino de Cristo. “¿Cómo es tu alma? ¿Hay algo pesado allí dentro? ¿Alguna
vieja culpa? Jesús perdona siempre. Jesús no se cansa de perdonar. Este es el
Reino de Jesús”, afirmó.
Francisco lamentó que Pilato, a pesar de tener frente a sí a la
Verdad encarnada, no se abriera a ella: “Pilato no se abre a la verdad, aunque
la tenga enfrente”, señaló. Sin embargo, destacó que Cristo vino al mundo
precisamente para quienes escuchan su voz. “Es la voz del Rey del universo, que
nos salva”, afirmó.
Una invitación personal
El Santo Padre animó a los fieles a reflexionar sobre su
relación con Cristo como Rey de sus vidas. “¿Puedo decir que Jesús es mi ‘rey’?
¿O dentro del corazón tengo otros ‘reyes’?”, preguntó. Y añadió: “¿Su Palabra
es mi guía, mi certeza? ¿Yo veo en Él el rostro misericordioso de Dios que
siempre perdona?”.
Finalmente, el Papa encomendó a los presentes a la Virgen María,
pidiendo su intercesión para que todos puedan abrirse a la esperanza del Reino
de Dios: “Recemos juntos a María, sierva del Señor, mientras aguardamos con
esperanza el Reino de Dios”.
Por Diego López Marina
Fuente: ACI