El Documento Final de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, aprobado por el Papa Francisco el pasado 26 de octubre, "participa del Magisterio ordinario del Sucesor de Pedro y como tal pido que sea aceptado". Así lo recoge Vatican News.
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En manos de cada país
De
hecho, el documento en sí "representa
una forma de ejercicio de la auténtica enseñanza del Obispo de Roma que
tiene algunos rasgos de novedad", pero corresponde a lo que Francisco
afirmó en octubre de 2015 sobre la sinodalidad, que es "el marco
interpretativo adecuado para comprender el ministerio jerárquico".
Recordando
lo que dijo el 26 de octubre, el Papa reitera que "se necesita tiempo para
llegar a opciones que impliquen a toda la Iglesia", y que "esto es
particularmente cierto para los temas confiados a los diez grupos de estudio, a los que se podrán añadir otros,
en vista de las decisiones necesarias".
Y
subraya una vez más, citando lo escrito en la Exhortación postsinodal Amoris
laetitia, que "no todas
las discusiones doctrinales, morales o pastorales deben resolverse mediante
intervenciones del Magisterio". Así como que "en cada país o región
se pueden buscar soluciones más inculturadas, atentas a las tradiciones y
desafíos locales".
Francisco
añade que el Documento final contiene indicaciones que "ya se pueden poner en práctica en
las Iglesias locales y en las agrupaciones de Iglesias, teniendo en
cuenta los diversos contextos, lo que ya se ha hecho y lo que queda por hacer
para aprender y desarrollar cada vez mejor el estilo propio de la Iglesia
sinodal misionera".
A
partir de ahora, escribe el Pontífice, "en el informe previsto para la visita ad limina cada obispo se
ocupará de informar sobre qué opciones se han realizado en la Iglesia local que
le ha sido confiada en relación con lo indicado en el Documento final, qué
dificultades se han encontrado, cuáles han sido los frutos".
Fuente: ReL