LA ORACIÓN MENTAL PUEDE SER MÁS PODEROSA QUE LAS ORACIONES CON FÓRMULAS

Si bien las oraciones con fórmulas como el Rosario son buenas y beneficiosas, la oración mental puede tener un mayor impacto en nuestra alma, llevándonos a una unión más profunda con Dios

Estanque de madera | Shutterstock

Nuestros primeros pasos en la oración casi siempre implican aprender oraciones fórmulas, como el Padrenuestro y el Ave María.

Si bien estas son oraciones muy buenas y nunca deben abandonarse, nuestra vida espiritual necesita incorporar una oración mental reflexiva.

Este tipo de oración es la sencilla relación de nuestras alegrías y tristezas a Dios.

Preferencia por la oración mental

San Francisco de Sales llega incluso a preferir la oración mental a las oraciones con fórmulas en su Introducción a la vida devota :

El Rosario es una devoción útil cuando se usa correctamente, y hay varios libritos para enseñarlo. También es bueno decir las letanías piadosas y las demás oraciones vocales designadas para las Horas y que se encuentran en los Manuales de devoción; pero si tienes un don para la oración mental, haz que ésta ocupe siempre el primer lugar , de modo que si, después de haberla hecho, te ves impedido por los negocios o cualquier otra causa de decir tus oraciones vocales habituales, no te molestes, sino que conténtate con decir el Padrenuestro, la Salutación Angélica y el Credo después de tu meditación.

Luego explica que si te sientes atraído a hablarle claramente a Dios en oración mental mientras recitas una oración fórmula, no debes tener miedo de detener lo que estás haciendo y cambiar de rumbo:

Si al recitar oraciones vocales, tu corazón se siente atraído hacia la oración mental, no te resistas, sino deja que tu mente se deje llevar por ese cauce con calma , sin preocuparte por no haber terminado las oraciones vocales que te habían sido encomendadas. La oración mental que has sustituido por ellas es más aceptable a Dios y más provechosa para tu alma.

Una de las razones principales por las que la oración mental puede ser más poderosa que la oración de fórmula es que normalmente este tipo de oración implica exponer nuestro corazón a Dios.

Puede ser tentador usar la oración convencional como muleta, sin hablar nunca con Dios con nuestras propias palabras.

Dios desea sobre todo desarrollar una relación con nosotros y es difícil hacerlo si nunca le hablamos como si estuviéramos hablando con un amigo.

La oración formulada es ciertamente una gran práctica, pero si nunca hablamos con Dios desde lo más profundo de nuestro corazón, probablemente nunca creceremos en nuestro amor a Dios.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia