La verdad al descubierto
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Había sobrado
un poco de bizcocho del desayuno, y estas cosas conviene solucionarlas cuanto
antes.
-Israel, ¿nos
lo comemos a medias? -pregunté con una sonrisa.
Y tan contenta
me fui a por un cuchillo para hacer los honores, con tan mala pata que una
pizquita de chocolate me cayó en el hábito. ¡¡¡Qué rabia me dio, con lo limpio
que lo tenía!!!
Fui al baño, lo
froté bajo el agua y… ¡¡¡listo!!! O eso es lo que pensé.
En realidad lo
que hice fue extender el chocolate, porque, al secarse el agua, ¡¡¡me encontré
una mancha aún peor!!! Cuando estaba la tela húmeda, no se veía nada, ¡estaba
tan contenta de mi labor!, pero el tiempo acabó sacando la verdad a la luz.
¡¡¡Y cuántas
veces puede sucedernos lo mismo!!! San Pablo nos dice: “No juzguéis antes de
tiempo, dejad que venga el Señor” (1 Co 4, 5).
A veces, “en
caliente”, las cosas se perciben de una manera, y, cuando pasa el tiempo, ves que
la realidad era diferente. Igual nos sucede con el Señor: nos puede costar
entenderle “sobre la marcha”, pero, si confiamos y le damos tiempo, podemos ir
descubriendo un plan maravilloso para nosotros.
A san Agustín
cualquiera podría haberle tachado de “mancha sin solución” en su juventud,
pero, tras encontrarse con Cristo, ¡¡¡se convirtió en uno de los mayores
santos!!!
Tal vez ese
proyecto que se quedó atascado ayer, florezca mañana; quizás esa persona que
hoy no acepta tus consejos, un día te agradezca tu presencia a su lado… así
pues, ¡no nos precipitemos! Dejemos que llegue “el momento del Señor”.
Hoy el reto del
amor es dar tiempo. Pon en manos del Señor esa situación que te inquieta, ese
proyecto que no sabes si emprender, esa persona que llevas en el corazón… y
deja que Cristo te vaya indicando. Eso sí, no tengas prisa: recuerda que para
Él, “un día es como mil años”, pero te lo aseguro, en su momento, actuará.
¡¡¡Sus tiempos son perfectos!!!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
14 septiembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma