La Natividad de María
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer, cuando
llegué a vísperas, vi que las sacristanas habían puesto una imagen de la Virgen
Niña, ya que celebramos la solemnidad del nacimiento de María. La imagen es muy
bonita: la Virgen está de pie y sostiene un libro en la mano que lee con una
expresión de paz y dulzura impresionante. Me pasé todas las vísperas mirándola
y meditando que María había sido niña como tú y como yo. Muchas veces, se nos
presenta ya adulta, bajo muchísimas advocaciones.
Pero hoy la
Iglesia se detiene en Su nacimiento, en el comienzo de la vida de María. El
Señor permite, y nos regala, que nuestros primeros nueve meses de vida sean en
pura gratuidad. Todo se nos da. Después, cuando nacemos, ya tenemos que poner
mínimamente de nuestra parte: para respirar, comer… Y, aunque se nos sigue
dando todo, hay una parte que nos toca hacer. Así vamos creciendo, entre el don
y la tarea.
Esta es la
escuela de vida del Señor: Él nos lo da todo, pero nos pide nuestro
"sí". Lo vemos en María: Ella fue una niña como tú y como yo. En un
cierto momento de Su vida, el Señor se le manifestó Su voluntad, y el amor que
María sintió en Su corazón fue irresistible.
El Señor, con
la misión que le tenía preparada, le dio todo Su amor. Porque cuando el Señor
te muestra Su voluntad, te da una fuerza que no es tuya para llevarla a cabo.
Sentirás vértigo, incertidumbre, miedo… Pero en tu corazón tendrás una paz que
te dice que camines, que todo se disipará. Todo lo que recibes es don de Dios,
gratuitamente, y solo puedes reconocerlo y acogerlo.
Hoy el reto del
amor es dar gracias por la vida que el Señor te ha regalado, por la misión que
ha puesto en tus manos y porque te ama y siempre está contigo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
08 septiembre
2024
Fuente: Dominicas de Lerma