7 RAZONES PARA QUE EL CRISTIANO SE INTERESE EN LA POLÍTICA

Un tema que elude el cristiano es el referente a la política, sin embargo, la Iglesia da razones de peso para que comience a formar parte de su vida

israel gutierrez | Shuttestock
Hablar sobre política resulta difícil para el cristiano, sobre todo porque se trata de un tema en el que las discrepancias calientan los ánimos de quienes se atreven a abordarlo. Sin embargo, la Iglesia invita a los fieles a interesarse en el asunto.

La autoridad civil

Todos los seres humanos estamos sometidos a una autoridad civil, cuya finalidad es salvaguardar el bien común de lo ciudadanos.

Leemos lo que Catecismo de la Iglesia católica dice al respecto:

"El cuarto mandamiento de Dios nos ordena también honrar a todos los que, para nuestro bien, han recibido de Dios una autoridad en la sociedad. Este mandamiento determina tanto los deberes de quienes ejercen la autoridad como los de quienes están sometidos a ella". (CEC 2234)

¿Por qué debe interesarle la política al cristiano?

Una nota sobre el compromiso y conducta de los católicos en la vida pública del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, y el Catecismo de la Iglesia católica nos da las pautas para interesarnos en el tema político:

1.- Por compromiso cristiano

El compromiso del cristiano en el mundo, en dos mil años de historia, se ha expresado en diferentes modos. Uno de ellos ha sido el de la participación en la acción política: los cristianos, afirmaba un escritor eclesiástico de los primeros siglos, "cumplen todos sus deberes de ciudadanos.

Es, por tanto, importante que conozcamos cómo está estructurado este ámbito en nuestro país para que podamos participar de manera activa y cuando sea necesario.

2.- Contribuir mediante el voto

Una manera de contribuir efectivamente es mediante el voto, por eso no podemos dejar de ejercer este derecho:

"...todos pueden contribuir por medio del voto a la elección de los legisladores y gobernantes y, a través de varios modos, a la formación de las orientaciones políticas y las opciones legislativas que, según ellos, favorecen mayormente el bien común".

3.- Conocer sus derechos

Todo cristiano debe conocer sus derechos humanos y civiles para que la autoridad que ejerce el poder político, los respete íntegramente.

El poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana. CEC 2237

"La tutela 'de los derechos de la persona es condición necesaria para que los ciudadanos, como individuos o como miembros de asociaciones, puedan participar activamente en la vida y en el gobierno de la cosa pública”.

4.- Cumplir con su deber

No podemos olvidar que el cristiano tiene que compartir sus valores cumpliendo con su deber:

"Deber de los ciudadanos es cooperar con la autoridad civil al bien de la sociedad en espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad". (CEC 2239)


5.- Por amor a la Patria

Desde luego, también debe amar a su país y respetar a sus autoridades:

"El amor y el servicio de la patria forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad.  La sumisión a las autoridades legítimas y el servicio del bien común exigen de los ciudadanos que cumplan con su responsabilidad en la vida de la comunidad política". (CEC 2239).

6.- Entender el pago de sus impuestos

Recabar impuestos, que se usan para el bien común, es una tarea de la autoridad, por eso, el cristiano no debe omitir su pago:

"La sumisión a la autoridad y la corresponsabilidad en el bien común exigen moralmente el pago de los impuestos, el ejercicio del derecho al voto, la defensa del país: 'Dad a cada cual lo que se le debe: a quien impuestos, impuestos; a quien tributo, tributo; a quien respeto, respeto; a quien honor, honor'" (Rm 13, 7). (CEC 2240)

7.- Orar por sus autoridades

Y no menos importante, el cristiano debe orar por sus autoridades, porque sin la ayuda de Dios no se puede ejercer ningún cargo.

"El apóstol nos exhorta a ofrecer oraciones y acciones de gracias por los reyes y por todos los que ejercen la autoridad, 'para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad'" (1 Tm 2, 2).

(CEC 2240)

Cumplamos con nuestro deber de ciudadanos y de cristianos comprometidos con Dios, la Iglesia y nuestros semejantes.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia