La
centralita telefónica
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días
se estropeó la centralita telefónica, y ayer vino el técnico para repararla.
Estuve con él mientras solucionaba la avería. Me llamaba mucho la atención cómo
la centralita creaba unidad. Todos los teléfonos estaban conectados a ella.
Desde la central se desvían las llamadas y se programa todo lo que puedas
necesitar. Ella es la que hace que todo funcione con orden.
Una de las
cosas que esta vez hemos podido programar ha sido un horario para el teléfono.
Ahora, cuando estamos rezando, automáticamente se conecta el contestador,
porque en el monasterio se necesitan momentos de oración y silencio, donde todo
ruido se acalle.
Esto es un poco
lo que sucede en nuestro interior: para poder escuchar al Señor, tienen que
cesar los ruidos y dar paso al sosiego. Lo vemos en la vida de Jesús, cuando se
retira al monte a orar en silencio, a solas, e incluso invita a sus discípulos
a hacer lo mismo. Jesús nos muestra cómo estos momentos son esenciales para Él,
y por ello, los evangelistas los reflejan y resaltan.
El silencio es
un don precioso que, a veces, nos puede costar un poco alcanzar; pero cuando
descubres que es un silencio habitado por Cristo, y que en ese silencio no
estás solo, comienzas a saborear las delicias del Cielo.
Cuando se
marchó el técnico y me dejó todo arreglado, le daba gracias al Señor porque Él
actúa así en nuestra vida: Él es nuestra centralita. Gracias a Cristo, podemos
estar unidos entre nosotros, y se puede dar esta comunión. Pero para ello, cada
uno de nosotros debe tener esta unión íntima con Jesús, y en Jesús nos
encontramos. Cuanto más unidos estemos a Él, más unidos estaremos entre
nosotros. Porque de Él lo recibimos todo: todas las gracias y dones para poder
caminar. Y después, con todo lo recibido de Él, compartimos entre nosotros.
Hoy, el reto
del amor es hacer un rato de oración en silencio y experimentar que Jesús está
ahí contigo, para darte todo lo que tu corazón necesita.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
31 agosto 2024
Fuente: Dominicas de Lerma