¿Sabías que esta popular frase tiene raíces religiosas? Este término retrata una de las persecuciones más mortíferas para los cristianos en el tiempo de Nerón
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Seguro has
escuchado esta popular frase de “chivo expiatorio” en las palabras de un
conocido o en programas de televisión policíaca, pero seguro no sabías que
tiene un origen israelita y que, en los primeros años de la Iglesia Católica,
se retrata este término.
El origen de
este término
Esta frase
proviene, según el autor Louis Wohl en su libro Fundada sobre roca, de antiguas
costumbres:
"La
costumbre israelita de sacrificar un chivo o un cordero que, simbólicamente,
cargaba con los pecados del pueblo. Costumbre que prefiguraba al Mesías, quien,
según la profecía de Isaías, sería llevado 'como cordero al matadero' para
expiar los pecados del mundo".
Tiempos del
emperador Nerón
Los primeros
siglos del cristianismo estuvieron marcados por la incertidumbre y persecución de los cristianos, por
lo que no era de extrañar que hubiera falsas acusaciones. Este tiempo fue el
inicio de la oleada de mártires que continúan hasta la actualidad.
Para el uso de
este término, tenemos que ubicarnos en el año 64 d.C. cuando hubo un desastre
en Roma, un gran incendio que amenazaba la seguridad de los habitantes y era
difícil apagarlo.
Existían
rumores de que Nerón, emperador romano de aquel tiempo (año
54-68), que era considerado un gobernante despiadado y violento, había causado
el incendio porque necesitaba inspiración para escribir un poema acerca de la
caída de Troya.
Ante las
habladurías, él vio como su gobernación peligraba porque los romanos se estaban
yendo contra él, causando disturbios en la ciudad romana; se le ocurrió culpar
a otro para que no se lo adjudicaran a él, es decir, a un chivo expiatorio.
Nerón encuentra
a su “chivo expiatorio”
Sus consejeros
le sugirieron que se culpará a los cristianos de haber creado el incendio, así
creerían los paganos que, ante la falta de religiosidad cristiana, ellos
estaban intentando derribar al imperio romano para establecer la ley de Dios.
Esta mentira
causó la persecución de los cristianos. Durante tres años hubo una tortura
continua: algunos fueron secuestrados y arrojados a las arenas de circo para
que se los comieran los leones y osos; otros fueron quemados en los jardines, a
otros más les abrieron los cuerpos o los asesinaron en las calles, torturados,
y otros murieron en la prisión, ya sea por maltrato o por enfermedad.
Fue una de las
persecuciones más desgarradoras en la historia católica. En esta persecución
murió el apóstol san Pedro crucificado, así
como, san Pablo, decapitado.
Un dato curioso
es que cerca de esta matanza, donde estuvo situado el Circo Máximo casi dos
siglos atrás, es actualmente la Basílica de san Pedro, el templo más grande de
nuestra religión.
Fuente: De
Wohl, L. (1988). Fundada sobre roca: breve historia de la Iglesia.
Yohana Rodríguez
Fuente: Aleteia