Este viernes 16 de agosto se cumplieron 209 años del nacimiento de San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud, quien tuvo luchas frontales contra el diablo y quien, gracias a ello, dio algunos consejos a sus jóvenes seguidores para espantarlo
Don Bosco en su escritorio | Crédito: Salesianos sdb.org |
San Juan
Bosco: Sus enfrentamientos con el Demonio
En las Memorias
Biográficas, conjunto de 20 tomos en los que los salesianos recopilaron la
vida y obra de su fundador con historias contadas por él mismo, se narra que el
santo se enfrentó en diferentes momentos al demonio.
Don Bosco,
siendo ya sacerdote e iniciando su obra por los jóvenes, al irse a acostar
escuchaba ruidos en el techo, como si rodaran piedras grandes sobre la madera.
Al principio puso trampas pensando que eran ratas, pero al subir por la mañana
encontraba todo igual. Entonces habló con San José Cafasso, su confesor y
actual patrono de las cárceles italianas.
Don Cafasso le
aconsejó que rociara agua bendita en el desván. No obstante, los endiablados
ruidos continuaron. Don Bosco entonces decidió cambiarse de habitación, pero
esto tampoco sirvió. Y así empezó a adelgazar y a peligrar su salud, pues no
podía dormir bien.
La situación
era tan preocupante que incluso su madre, la actual Venerable Mamá Margarita,
entraba a su habitación y, mirando al techo, gritaba: "¡Feas bestias,
dejad en paz a Don Bosco, acabad de una vez!".
San Juan Bosco
mandó abrir un hueco en el techo, como un tragaluz, y puso una escalera para
subir rápidamente al escuchar el primer ruido. Así, cuando los infernales
sonidos empezaron, el santo subió de inmediato y se encontró con el
demonio.
Sin pensarlo
dos veces tomó un cuadro de la Virgen María y lo colgó sobre la pared del
desván, rogando a la Madre de Dios que lo librara de esa perturbación. Los
ruidos ya no se escucharon más.
Don Bosco
contaba que dentro de los ataques del enemigo que había experimentado en su
vida estaban el oír voces que lo ensordecían, el recibir un soplo como de
huracán, el ver que los papeles se caían por sí solos y que el demonio le
desordenaba los libros o le escondía sus "Lecturas Católicas" en otra
habitación.
En otros
momentos, siempre antes de dormir, experimentaba que una mano le buscaba quitar
la ropa y desnudarlo. Otro día la estufa se prendió con unas llamaradas que
parecían que iban a quemar la casa.
También veía
cómo su cama era sacudida con una fuerza invisible, y en alguna ocasión vio
incluso que un horrible monstruo entraba por la puerta para devorarlo.
Consejos de
San Juan Bosco para espantar al demonio
Con toda esta
experiencia, Don Bosco recomendaba estas prácticas a sus muchachos para
ahuyentar al demonio:
- Hacer bien la señal de la cruz:
"Así, pues, en las tentaciones y especialmente al entrar en la
iglesia, haced bien la señal de la cruz, porque allí os espera el
demonio para haceros perder el fruto de la oración. La señal de la cruz
aleja al demonio por un momento: pero la señal de la cruz con el agua
bendita lo aleja por mucho más tiempo", explicaba.
- Visitas al Santísimo: "¿Queréis
que os enseñe a no tenerle miedo y a resistir a sus asaltos? Escuchadme.
No hay nada que el demonio tema más que estas dos cosas: 1. La Comunión
bien hecha. 2. Las visitas a Jesús sacramentado".
"¿Queréis
que el Señor os conceda muchas gracias? Visitadlo a menudo. ¿Queréis que os
haga pocas? Visitadlo poco. ¿Queréis que el demonio os asalte? Visitad poco a
Jesús sacramentado. ¿Queréis que huya de vosotros? Visitad a menudo a Jesús.
¿Queréis vencer al demonio? Refugiaos con frecuencia a los pies de Jesús.
¿Queréis ser vencidos? Dejad de visitar a Jesús".
"Queridos
míos, la visita a Jesús sacramentado es un medio muy necesario para vencer al
demonio. Id, pues, a visitar con frecuencia a Jesús sacramentado y el demonio
no podrá hacer nada contra vosotros", enseñaba Don Bosco.
Por Abel
Camasca
Fuente: ACI Prensa