LOS PADRES DE LA IGLESIA, PASTORES Y DEFENSORES DE LA FE

Los Padres de la Iglesia fueron grandes cristianos, pastores y defensores de la fe que con sus enseƱanzas que contribuyeron a edificar la Iglesia primitiva.

© P.DELISS / GODONG. Dominio pĆŗblico
Los Padres de la Iglesia fueron grandes pastores y defensores de la fe, cristianos ejemplares de los ocho primeros siglos despuƩs de Cristo, distinguidos por sus enseƱanzas coherentes con su vida y que contribuyeron a edificar la Iglesia en sus estructuras primordiales.

1.- LOS PADRES DE LA IGLESIA: VERDADEROS PASTORES

Fue un numeroso y diverso grupo de verdaderos pastores que condujeron fielmente a los cristianos de los primeros siglos con la fuerza de su palabra y de su vida de fe, consecuente en muchas ocasiones hasta una muerte heroica.

Papas como Clemente Romano (que, segĆŗn el testimonio de San Ireneo, conociĆ³ y tratĆ³ a los apĆ³stoles Pedro y Pablo), teĆ³logos como el Doctor de la Iglesia Juan Damasceno, monjes eremitas como el despuĆ©s arzobispo Basilio Magno, mĆ­sticos como AgustĆ­n de Hipona, mĆ”rtires como Justino y muchos otros hombres cuya doctrina ortodoxa y vida santa ha sido reconocida por la Iglesia.

Santos que irradiaban a Cristo e impulsaban a seguirlo, y lo siguen haciendo todavĆ­a hoy.

“Padres de la Iglesia se llaman con toda razĆ³n aquellos santos que, con la fuerza de la fe, con la profundidad y riqueza de sus enseƱanzas, la engendraron y formaron en el transcurso de los primeros siglos”, escribe san Juan Pablo II en la carta apostĆ³lica Patres ecclesiae publicada el aƱo 1980 con ocasiĆ³n del 16Āŗ centenario de la muerte de san Basilio.

2.- SU IMPORTANTE APORTACIƓN

Ellos fueron para el desarrollo de la Iglesia lo que fueron los apĆ³stoles para su nacimiento. Dieron forma a las instituciones de la Iglesia, a su doctrina, su liturgia, su oraciĆ³n, su espiritualidad.

Fijaron el “Canon completo de los Libros Sagrados”, compusieron las profesiones bĆ”sicas de la fe, precisaron el depĆ³sito de la fe en confrontaciones con las herejĆ­as y la cultura de la Ć©poca dando origen asĆ­ a la teologĆ­a, pusieron las bases de la disciplina canĆ³nica y crearon las primeras formas de la liturgia.

SegĆŗn el papa polaco, “son de verdad "Padres" de la Iglesia, porque la Iglesia, a travĆ©s del Evangelio, recibiĆ³ de ellos la vida. Y son tambiĆ©n sus constructores, ya que por ellos —sobre el Ćŗnico fundamento puesto por los ApĆ³stoles, es decir, sobre Cristo— fue edificada la Iglesia de Dios en sus estructuras primordiales”.

En los elementos de consenso entre ellos son reconocidos como intĆ©rpretes fidelĆ­simos de la doctrina que predicĆ³ Jesucristo.

3.- CƓMO SE CLASIFICAN

Generalmente, se les agrupa, segĆŗn su procedencia entre Padres latinos y Padres griegos, y segĆŗn la Ć©poca en que vivieron, en tres grandes grupos: los que vivieron entre las primeras comunidades cristianas  hasta el siglo aƱo 313, la siguiente generaciĆ³n hasta la mitad del siglo V y los que vivieron posteriormente hasta el siglo VIII.

Los que pertenecen a la primera y segunda generaciĆ³n de la Iglesia, despuĆ©s de los apĆ³stoles, reciben el nombre de Padres apostĆ³licos y muestran cĆ³mo empieza el camino de la Iglesia en la historia.

En esta primera fase viven tambiƩn los Padres apologistas griegos y los maestros de la Escuela de Alejandrƭa. Entre otros, puede citarse a Ignacio de Antioquƭa, Policarpo de Esmirna, Justino MƔrtir, Ireneo de Lyon, Tertuliano, Cipriano de Cartago, Clemente de Alejandrƭa y Orƭgenes.

La segunda fase se desarrolla entre el Concilio de Nicea (aƱo 325) y el de Calcedonia (aƱo 451). Es considerada el siglo de oro de los Padres de la Iglesia.

4.-DEFENSORES DE LA FE

En el siglo IV, con la llegada de la paz a la Iglesia dentro del impero romano, creciĆ³ mucho el nĆŗmero de cristianos, pero tomaron fuerza discrepancias internas y herejĆ­as.

Ante ellas, muchos Padres de la Iglesia realizaron valiosas defensas de la fe cristiana y aclararon los dogmas trinitarios y cristolĆ³gicos.

En el segundo grupo se incluyen, entre otros, AgustĆ­n de Hipona, Hipolito, Gregorio Taumaturgo, Julio el Africano, Dionisio el Grande, Atanasio, Teodoreto de Siria, Juan CrisĆ³stomo, Gregorio de Nisa y JerĆ³nimo.

Algunas de sus obras se han convertido en textos de referencia no sĆ³lo para los cristianos de cualquier Ć©poca, sino tambiĆ©n de la historia de la filosofĆ­a y la literatura.

Finalmente, los Padres tardĆ­os del tercer grupo viven el desmoronamiento polĆ­tico de la mitad occidental del imperio romano y la irrupciĆ³n del islam.

Algunos escritores aplican la doctrina de los grandes Padres anteriores a nuevas realidades como la entrada de los pueblos de origen germƔnico en lo que hoy es Europa.

En este grupo se encuentran, entre otros, Gregorio Magno, Fulgencio, MƔximo de Turƭn, Boecio, Casiodoro, Vicente de Lerins, Martƭn de Braga, Ildefonso de Toledo e Isidoro de Sevilla en Occidente, y Pseudo-Dionisio Areopagita, Romano el Cantor, MƔximo el Confesor, Severo de Antioquƭa, AndrƩs de Creta, GermƔn de Constantinopla, Mesrop, Santiago de Sarug y Juan Damasceno en Oriente.

Hoy, la Iglesia sigue viviendo con la vida recibida de esos Padres, y sigue edificƔndose sobre las estructuras formadas por ellos. Hoy sigue siendo indispensable conocer sus vidas y obras.

Ellos fueron y siempre serĆ”n los Padres de la Iglesia; poseen algo de especial, de irrepetible y de perennemente vĆ”lido que continĆŗa viviendo.

EnseƱaba en el siglo II Ireneo de Lyon: “para ver claro hoy, hay que interrogar a la TradiciĆ³n que viene de los apĆ³stoles”.

Patricia Navas

Fuente: Aleteia