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Aquí 7 datos sobre la
"Solemnidad de Santa María, Madre de Dios" que se celebra cada
primero de enero.
1. Con esta
solemnidad concluye la Octava de Navidad
Con esta
Solemnidad se concluye la Octava de Navidad, un conjunto de ocho días, desde el
25 de diciembre, en los que la Iglesia actualmente celebra el Nacimiento de
Jesús.
En el Antiguo
Testamento (Gen. 17,9-14) se puede leer que hace muchos siglos Dios hizo una
alianza con Abraham y su descendencia cuyo signo era la circuncisión al octavo
día después del nacimiento. El Hijo de Dios así también lo vivió y recibió
en ese momento el nombre anunciado a la Virgen María.
“Ocho días
después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de
Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción” (Lc.
2,21).
2. María era
llamada "Theotokos" por los primeros cristianos
Los primeros
cristianos solían llamar a la Virgen María como la “Theotokos”, que en griego
significa “Madre de Dios”. Este título aparece en las catacumbas debajo
de la ciudad de Roma y en antiguos monumentos de oriente (Grecia, Turquía,
Egipto).
Los Obispos
reunidos en el Concilio de Éfeso (431), ciudad donde según la
tradición la Virgen pasó sus últimos años antes de ser asunta al cielo,
declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es
Dios".
3. El título
de Madre de Dios proviene de las primeras oraciones cristianas
“Bajo tu amparo
nos acogemos, Santa Madre de Dios” dice una de las antiguas oraciones marianas
de los cristianos de Egipto del siglo III. Cabe resaltar que ese título de
“Madre de Dios” (“Theotokos”) no existía y que fue creado por los
cristianos para expresar su fe.
4. Es una de
las más antiguas fiestas marianas
La “Maternidad
de María” es una de las primeras fiestas marianas que
se dio en la cristiandad. Se dice que por el siglo V, en Bizancio, había una
“memoria de la Madre de Dios” que se celebraba el 26 de diciembre, al día
siguiente de la Navidad.
Poco a poco se
fue introduciendo en la liturgia romana en un día de la Octava de Navidad y ya
por el siglo VIII se encuentran para esta conmemoración antifonales con
el título de “Natale Sanctae Mariae”, así como oraciones y responsorios con los
que se honraba la divina “Maternidad de María”.
5. En el
mismo día también se celebra la Jornada de la Paz
Con el tiempo,
esta memoria de la Virgen fue desplazada para conmemorar la “Circuncisión del
Señor”, pero se mantendría el acento mariano. En 1931 el Papa Pío XI la
reestableció para el 11 de octubre con ocasión del XV centenario del Concilio
de Éfeso y le dio una categoría equivalente a la Solemnidad actual.
Años después,
en esta fecha, San Juan XXIII inauguró el Concilio Vaticano II (1962).
Con la reforma litúrgica de 1969, la “Maternidad de María” pasó a celebrarse al
1 de enero, día en que se inicia el “calendario civil”. Un año antes, en 1968,
el Beato Pablo VI instituyó para este día la Jornada Mundial de la Paz.
Es así que el primer día del año se celebra a María y se ora por la paz.
6. Es el
dogma mariano más importante
El título
“Madre de Dios” es el principal y el más importante dogma sobre
la Virgen María y todos los demás dogmas marianos encuentran su sentido en esta
verdad de fe. Los otros dogmas marianos son que María tuvo una Inmaculada
Concepción, Perpetua Virginidad y que fue llevada en cuerpo y alma al cielo
(Asunción).
Asimismo,
Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la
Iglesia, Abogada nuestra, Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y
Señora de todo lo creado y todas las alabanzas contenidas en las letanías del
Santo Rosario.
7. María
dio su consentimiento para ser la Madre de Dios
En noviembre de
1996 San Juan Pablo II explicó que “la expresión ‘Madre de Dios’ nos dirige al
Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana
para elevar al hombre a la filiación divina”.
“Pero ese
título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret,
proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En
efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y
no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su
consentimiento”, afirmó.
Fuente: ACI