Para el Papa, rezar no es algo externo ni marginal a nosotros, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos en el que buscamos un ‘Tú’, que es Dios”
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En este Año de la Oración en el que nos
encontramos, en Vatican News echamos la mirada hacia atrás para detenernos en
el ciclo de catequesis del año 2020 en el que el Papa Francisco dedicó 38
catequesis a la oración. En este ciclo, el Pontífice nos regaló frases muy
útiles para prepararnos este año para el Jubileo 2025.
El Papa Francisco está en pausa estiva, como
todos los años, en el mes de julio el Pontífice suspende sus Audiencias
Generales de los miércoles y reduce los compromisos de su agenda, pero el año
de la oración en el que nos encontramos en preparación al Jubileo de 2025 no
conoce pausas y en este mes también estamos invitados a rezar. Pueden ayudarnos
a continuar esta preparación espiritual las catequesis del Papa del 2020, pues
Francisco dedicó un ciclo de catequesis a la oración.
Francisco, en plena pandemia y desde su
Biblioteca Privada del Palacio Apostólico nos recuerda que la oración pertenece
a todos, a los hombres de todas las religiones, e incluso a los que no profesan
ninguna: “La oración pertenece a todos, “a los hombres de todas las religiones,
y probablemente también a los que no profesan ninguna”, pues surge en el
secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales
a menudo llaman el ‘corazón’”. Para el Papa, rezar no es algo externo ni marginal
a nosotros, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos en el que
buscamos un ‘Tú’, que es Dios”: “La oración del cristiano surge de la
revelación de ese ‘Tú’, con mayúscula, que se ha manifestado y ha venido a
nuestro encuentro, dándonos confianza y revelándonos a Dios como un Padre
bueno, que nos ama y nos comprende, que no nos considera siervos, sino amigos e
hijos suyos”.
Francisco también nos recuerda que, en la
oración del Padre Nuestro, “Jesús nos enseñó a pedir a Dios todo lo que
necesitamos”: “No importa si nos sentimos culpables en nuestra relación con Él,
si no hemos sido amigos fieles, ni hijos agradecidos; Dios continúa amándonos,
porque Él siempre es fiel”.
Mireia Bonilla - Ciudad del Vaticano
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