Las supuestas disculpas del comité francés no suenan a disculpa
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La portavoz del
Comité Olímpico de París 2024, Anne Descamps, veterana colaboradora política
del presidente francés, Emmanuel Macron, en rueda de prensa el domingo 28 de
julio pronunció lo que algunos consideran una petición de perdón y
otros consideran una tomadura de pelo, respecto a las escenas groseras
y blasfemas de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
En su
declaración (que no se ha publicado oficialmente en la web del Comité Olímpico
de París 2024), Anne Descamps, como portavoz del comité, dijo tan solo: "Claramente,
nunca hubo la intención de mostrar falta de respeto a ningún grupo religioso. Al
contrario, creo que (con) Thomas Jolly, realmente intentamos celebrar la
tolerancia comunitaria”, anunció Descamps. “Al observar el resultado de
las encuestas, creemos que este objetivo se logró. Si la gente se ha
sentido ofendida, por supuesto, lo lamentamos mucho, mucho”.
Decir
"lamentamos que haya gente que se sienta ofendida" no es lo mismo que
reconocer falta de criterio, oportunidad, etc... Y aludir a las encuestas (una
encuesta francesa que decía que más del 80% de franceses consideraba "un
éxito" la ceremonia) no tiene sentido: ¡el público era el mundo entero, no
los franceses!
El obispo Emmanuel
Gobilliard, delegado de la Iglesia católica para los Juegos Olímpicos
de París 2024, destacó que la Carta Olímpica prohíbe expresiones
políticas, ideológicas o religiosas en los actos de los Juegos y sin
embargo la ceremonia inaugural, en cambio, se llenó de ideología, protestó en La
Croix.
El obispo
Barron, desmantela a Anne Descamps
El obispo de
Winona (EEUU), Robert Barron, gran comunicador, había pensado no
tratar más el tema de París tras su primera protesta, pero la poca calidad de
las "disculpas" le han llevado a replicar con dureza en sus redes
sociales, asegurando que las palabras de Descamps y el comité eran “todo menos
una disculpa”.
"De hecho,
es una especie de obra maestra de duplicidad progresista… Si pensaran que esto
tiene como objetivo apaciguar a los cristianos, lo pensaría dos veces”,
protesta el obispo.
"Tenemos
un grupo de drag queens retozando de una manera sexualmente
provocativa, claramente imitando la Última Cena de Da Vinci, que
presenta al mundo la Última Cena de Jesús, ¿y dices que no hubo intención de
faltarle el respeto? ¿Crees que alguien se toma eso en serio?”, responde el
obispo a la política francesa.
En cuanto a lo
de celebrar la comunidad y la tolerancia, se ve que no incluye, dice el el
obispo, a "esos molestos 2.600 millones de cristianos del
planeta". "Todos son bienvenidos, todos son tolerados, toda
esta hermosa diversidad, hasta que llega alguien que no está de acuerdo con tu
ideología, como estos 2.600 millones de personas. Así que no me vengan
con esa historia de tolerancia y diversidad", protesta.
Cuando Descamps
asegura que cree que el comité logró con su ceremonia "celebrar la
tolerancia", responde: "Me pregunto en qué planeta viven si
creen que la armonía, la paz y todo eso se logró con esta clara afrenta a
los cristianos".
La declaración
de pseudodisculpas también le molesta, porque el tono no es de disculpa, sino
que sugiere que "si eres tan simple y estúpido como para haberte sentido
ofendido por esta maravillosa expresión de la cultura francesa, bueno, lo
sentimos".
"Los
cristianos se sintieron ofendidos porque era ofensivo. Y tenía la intención de
ser ofensivo. Así que, por favor, no nos traten con condescendencia
con ese comentario condescendiente del tipo: ‘Bueno, si tuviste algún mal
sentimiento, lo lamentamos muchísimo’”.
"Una
verdadera disculpa sería algo como: ‘esto fue un error, nunca debería haberse
hecho, lo sentimos’", explica Barron.
Y el obispo
añade: “No creo que los cristianos debamos apaciguarnos, creo que deberíamos
seguir alzando nuestras voces”.
Por su parte,
Thomas Jolly, el director artístico de la ceremonia, activista queer siempre
implicando en deconstrucciones LGTB de conceptos artísticos, declaró a AP:
"Mi deseo no es ser subversivo, ni burlarme, ni escandalizar. Quería
enviar un mensaje de amor, un mensaje de inclusión y para nada dividir".
El truco de
última hora: ¿un cuadro de 1635 con dioses griegos?
Lo que todo el
mundo ha entendido es que la escena parodiaba el fresco de Leonardo Da Vinci
que muestra la Última Cena de Cristo con los discípulos, y la institución de la
Eucaristía. Con estilo kitch y queer, unos drag queens, una modelo
transexual, un niño y un cantante casi desnudo disfrazado del dios
griego del vino Dionisio.
Thomas Jolly
llegó a dejar caer declaraciones que el cuadro de Da Vinci no fue "mi
inspiración. La idea era más bien hacer un gran festival pagano,
conectado con los dioses del Olimpo... Olympus... Olimpismo".
Así, se ha
hecho el intento de comparar la escena con otro cuadro: El Festín de los Dioses
(Le Festin des Dieux), obra de Jan Hermansz van Bijlert pintada hacia
1635 y que se expone en el museo Magnin de Avignon. Allí no sale Dionisos de
azul en el centro, pero es verdad que esa escena de 1635 ya buscaba evocar en
versión pagana, hedonista y blasfema la estructura pictórica del cuadro
cristiano clásico.
En su cuenta de
Facebook, el pintor puertorriqueño Johnathan Dwayne analizó esta excusa desde
su conocimiento de esta época de la historia del Arte. Su argumentación es
detallada.
"Para
todos aquellos que sugieren que los que protestamos por el espectáculo de las
Olimpiadas del pasado viernes, no estamos educados:
"¿Dionisio?
Claro, pero en una mesa rodeado o rodeada de varias personas en una pose muy
familiar. ¿Jinete del apocalipsis? No, es una diosa griega, espíritu
de las Olimpiadas. Y así por el estilo. Me sorprende que no usaran un pesebre
con un bebé y una mujer al lado diciendo luego que era Afrodita y su hijo
Cupido. Por favor. A esas personas, que sugirieron que nos eduquemos,
permítanme devolverles la sugerencia".
Algunas
reacciones civiles
Una cosa es la
ceremonia inaugural y otra los Juegos Olímpicos en sí, pero la empresa de
telecomunicaciones C Spire ha decidido retirar su publicidad de los Juegos
Olímpicos de 2024 en París. "Nos ha conmocionado la burla de la Última
Cena durante las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos de París. C
Spire retirará nuestra publicidad de los Juegos Olímpicos», anunció la
empresa en X. Aplaudió la decisión el gobernador de Misisipi, Tate Reeves.
"Me enorgullece ver que el sector privado de Mississippi da un paso al
frente y se pone firme. Dios no será burlado. C Spire trazó una línea apropiada
y de sentido común".
Con todo, el
boicot económico no es necesariamente la respuesta, ya que perjudica no solo a
los ideólogos (sobre todo el comité organizador francés, que ha
secuestrado un evento mundial para sus obsesiones y adoctrinamiento) sino a
también a los deportistas, entre ellos deportistas cristianos que intentan dar
buen ejemplo de las virtudes deportivas y quizá poner sus medallas y trofeos a
los pies de una Virgen, santo o santuario de su devoción, o llevar ese honor a
sus familias y países, algo que se gana con el esfuerzo.
P.J.Ginés
Fuente: Religión en Libertad