El hermano Lwanga Kakule, periodista congoleño, describe cuál es la situación de conflicto constante que existe en diferentes zonas de este país que pertenece al corazón africano
![]() |
Dominio público |
Junto
a esta violencia viene aparejada la falta de libertad religiosa que
reina en el corazón del país africano. Hace apenas unos días conocíamos la
noticia de que un grupo de catorce cristianos, la mayoría de
ellos chicos jóvenes, fueron asesinados brutalmente por un grupo rebelde por
rechazar convertirse al Islam,enEringueti, Kivu del Norte.
"La muerte y
el desplazamiento de miles de personas"
En
la ciudad de Kinshasa, la capital del Congo,
se encuentra el hermano Luanga Kakule, quien es misionero
comboniano y periodista, y conoce muy bien la realidad, que por
desgracia, azota su país desde hace más de 30 años. Hemos
tenido oportunidad de hablar con él en 'Mediodía COPE'.
El hermano
Luanga nos ha contado que “La población que más ha sufrido
las consecuencias de la guerra, de los grupos armados es la población de
Kivu del Norte. Este grupo armado se conoce por el nombre de 'La Alianza
de Fuerzas Democráticas' y ha hecho sufrir
mucho a la gente ocasionando la muerte y
el desplazamiento de miles de personas”.
Además,
ha añadido que “El modus operandi de este grupo es el de no utilizar las
armas modernas tal y como las conocemos... utilizan cuchillos, machetes
y entran en un pueblo, de día o de noche, matan a la gente, los
degollan o los destripan... es horroroso”. Esto grupos actúan siempre de la
misma forma: las aldeas de la provincia son saqueadas e incendiadas y los
rebeldes obligan a sus vecinos a abandonar el cristianismo. Sin embargo,
detrás de estos ataques no hay solamente un motivo religioso, existe
también una razón económica. Suelen ser zonas ricas en
recursos naturales como el cacao, la madera o incluso el
oro y lo
que pretenden es explotar estos terrenos y también
instaurar campamentos de en trenamiento.
"Fueron secuestrados diez sacerdotes y
no sabemos si están vivos o muertos"
Los mejores corresponsales de guerra que tiene la Iglesia son sus misioneros, aquellas personas
que permanecen en estas zonas en las que el conflicto y la violencia son una
constante y entran en escena a diario. Es por ello que el
hermano Luanga ha querido apuntar también que: “En esa zona de
conflcito, la
Iglesia es el buen samaritano, siempre está ahí con su presencia, denunciando y animando a las autoridades a proteger a la
población... hace
más de diez años fueron secuestrados diez sacerdotes asuncionistas que hasta
ahora no sabemos si están vivos, muertos... no sabemos dónde están". A pesar de que
la incertidumbre no cesa, las parroquias siguen vivas y la Iglesia sigue acompañando a la gente
en estos momentos de dolor.
Fuente: ECCLESIA