(REUTERS/Ciro De Luca) |
A los voluntarios de la Cruz Roja Italiana, a
quienes recibió con motivo del 160° aniversario de su fundación, el Santo Padre
recuerda la necesidad de poner a la persona humana en el centro. Pide a la
comunidad internacional "normas que garanticen los derechos humanos en
todas partes".
En una época en la que el racismo y
el desprecio "crecen como la discordia" en el mundo, es necesario
"globalizar la solidaridad" tanto a nivel nacional como
internacional. Es el llamado del Papa Francisco que recibió este sábado 6 de
abril a los voluntarios de la Cruz Roja Italiana (CRI) con motivo del 160°
aniversario de la fundación de esta organización. El Papa agradece a los
operadores de la CRI su preciosa presencia, especialmente donde "el
estruendo de las armas ahoga el grito del pueblo, su anhelo de paz y su deseo
de futuro". La fraternidad es posible, indicó, cuando el compromiso está
"inspirado en los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad,
independencia, voluntariado, unidad y universalidad".
“Si se pone a la persona en el
centro, podemos dialogar, trabajar juntos por el bien común, superando las
divisiones, derribando los muros de la enemistad, superando la lógica del
interés y del poder que ciega y convierte al otro en enemigo. Para el creyente
cada persona es sagrada. Toda criatura humana es amada por Dios y, por ello,
portadora de derechos inalienables”.
Amar a los
hermanos sin fronteras
El Papa reconoce el valor de la
acción de "muchas personas de buena voluntad" que trabajan para
defender a los más vulnerables, y anima a la Cruz Roja, "símbolo elocuente
de un amor a los hermanos que no tiene fronteras, ni geográficas ni culturales,
sociales, económicos o religiosos", para continuar su "servicio
insustituible" en zonas de conflicto o afectadas por catástrofes
medioambientales, "en el ámbito de la formación y de la salud" y en
el compromiso demostrado "a favor de los migrantes, los últimos y los más
vulnerables".
“Sobre esto ‘los más vulnerables’
me gustaría decirles una cosa: son niños. Aquí a Italia llegaron muchos niños
durante la guerra de Ucrania, ¿saben una cosa? Que estos niños no sonríen, han
olvidado la capacidad de sonreír. Eso es malo para un niño, pensemos en ello”.
Globalizar la
solidaridad
Por tanto, el Pontífice parte del
lema de este aniversario "En todas partes y para todos", para
recordar que "ningún contexto puede decirse libre de sufrimiento, libre de
heridas del cuerpo y del alma", y que, por tanto, es necesario "globalizar
la solidaridad, globalizar la solidaridad, operando a nivel nacional e
internacional".
“Por eso necesitamos normas que
garanticen los derechos humanos en todos los lugares, prácticas que alimenten
la cultura del encuentro y personas capaces de mirar el mundo con una
perspectiva amplia, mirando al horizonte, a todos los que están allí”.
El racismo y
el desprecio están creciendo
Frente a una sociedad actual que
"se trata más de mí que de nosotros", una sociedad "en ese
sentido egoísta", continúa el Papa Francisco, la palabra cualquiera
"nos recuerda que cada persona tiene su dignidad y merece nuestra atención".
“No podemos mirar hacia otro lado
ni descartarla por sus condiciones, su discapacidad, su origen o su estatus
social. Por eso les insto a seguir apoyando a nuestros hermanos y hermanas
necesitados, con competencia, generosidad y dedicación, especialmente en una
época en la que el racismo y el desprecio crecen como la discordia”.
Finalmente, la
llamada es a "ser instrumentos de fraternidad y de paz, protagonistas de
la caridad y constructores de un mundo fraterno y solidario".
Francesca Sabatinelli – Ciudad del
Vaticano
Vatican News