EL PAPA: PIDAMOS LA PAZ PARA UCRANIA, TIERRA SANTA Y MYANMAR

“La guerra está en todas partes... Que el Señor nos dé la paz”

AFP or licensors

Al final de la audiencia general, el Papa Francisco dirigió un pensamiento a los hermanos que sufren a causa de los conflictos: "No nos olvidemos de ellos", dijo. Y manifestó su cercanía a la población de Kazajistán afectada por una inundación masiva: "Recemos por quienes sufren los efectos de esta catástrofe natural"

Como en cada audiencia general de los miércoles, tampoco hoy faltó una expresión de dolor del Santo Padre por los territorios heridos por la ferocidad de los conflictos y su carga de muerte y violencia: Ucrania, Palestina, Israel, a los que añadió Myanmar, donde se desarrolla la tragedia de la minoría Rohingyá.

Un pensamiento para Ucrania y Tierra Santa

Al saludar en italiano, dejando de lado el texto escrito Francisco se dirigió a los miles de fieles presentes en una ventosa Plaza de San Pedro, para hacer su nuevo su llamamiento:

“Mi pensamiento se dirige a la martirizada Ucrania y a Palestina e Israel”

La súplica del Pontífice se produjo mientras continúan los ataques con drones en Ucrania y aumenta el número de civiles y soldados muertos. Desde Gaza, en cambio, llegaba hace unas horas la noticia de un ataque aéreo israelí que alcanzó una casa en el centro de la Franja, en la ciudad de Zawaida, causando la muerte a no menos de once personas, entre ellas siete mujeres y cuatro niños. Imágenes de agencias internacionales mostraban a un hombre que llevaba el cuerpo sin vida de una niña y lo depositaba junto a los cadáveres de otros niños en el suelo del principal hospital de la cercana Deir al-Balah.

No olvidemos a Myanmar

"Que el Señor nos dé la paz”, exhortó el Papa Francisco. "La guerra está en todas partes” – afirmó y añadió: "No olvidemos a Myanmar", el país asiático que visitó en diciembre del 2017 y que siempre ha estado incluido en sus oraciones y llamamientos, con especial referencia al pueblo Rohingyá, una minoría musulmana discriminada y marginada.

Las últimas noticias, retransmitidas por la Agencia Fides, informan del reclutamiento forzoso de hombres Rohingyá por parte del ejército birmano que, diezmado por las bajas en el campo de batalla, los envía al frente de la batalla con el ejército de Arakan, en el Estado de Rakhine. Unos mil jóvenes, en su mayoría desplazados, fueron secuestrados en aldeas, mercados y campamentos y llevados a bases del ejército para recibir entrenamiento militar. "Pidamos al Señor la paz", insistió el Papa Francisco.

“Y no olvidemos a estos hermanos y hermanas nuestros que tanto sufren en estos lugares de guerra. Recemos juntos y siempre por la paz”

Cercanía al pueblo de Kazajistán afectado por un aluvión

A continuación, el Santo Padre Francisco dirigió la atención del mundo a Kazajistán, azotado por una violenta inundación – la peor en setenta años – provocada por el rápido deshielo que hizo crecer masivamente a los ríos más allá de sus límites de caudal y obligó a evacuar a unas noventa y seis mil personas.

Asimismo al final de la audiencia general, el Papa expresó su "cercanía espiritual" al pueblo de Kazajistán e invitó "a todos a rezar por cuantos sufren los efectos de esta catástrofe natural.

“Incluso en los momentos difíciles, recordemos la alegría de Cristo resucitado e invoco sobre ustedes y sus familias el amor misericordioso de Dios, nuestro Padre”

Las inundaciones en el país centroasiático se debieron a las intensas lluvias de los últimos días y a unas temperaturas superiores al promedio, que aceleraron el deshielo de la nieve y del hielo. Las inundaciones afectaron sobre todo a las regiones occidental, septentrional, central y oriental, donde más de noventa y seis mil personas fueron evacuadas, informó el Ministerio de Emergencias kazajo. Los habitantes de la ciudad circulaban por las carreteras como si fueran ríos.

El diluvio arrasó decenas de asentamientos en los Montes Urales, en Siberia y en las áreas de Kazajstán próximas a ríos como el Ural (el tercero más largo de Europa) y el Tobol, que, según las autoridades locales, subieron diversos metros en pocas horas, alcanzando los niveles más altos jamás registrados. Mientras tanto, se han reforzado las presas y los diques.

Salvatore CernuzioCiudad del Vaticano

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